Un clásico peruano que integra la gastronomía de Buenos Aires
En poco tiempo, Barra Chalaca pasó de ser una propuesta del chef Gastón Acurio a convertirse en un lugar imprescindible en la gastronomía de Buenos Aires. Con varias sucursales en Palermo y una en Belgrano, este rincón de cultura peruana se ha consolidado como un destino perfecto para quienes buscan disfrutar de comida peruana auténtica, sabrosa y a precios accesibles.
Ambiente y Decoración
Cada local de Barra Chalaca refleja la esencia del Puerto del Callao. Con barras visibles, detalles náuticos y una paleta de colores que evocan la vida en el mar, la atmósfera es vibrante. La sucursal original en Arévalo y Niceto Vega permite ver de cerca la elaboración de los cebiches. En Belgrano, el espacio incluye dos salones y un patio techado, ofreciendo más comodidad. La nueva sucursal en Palermo es luminosa y está diseñada para que los comensales se sientan a gusto y disfruten del movimiento del lugar. La atención es siempre cercana y personalizada, con un ambiente relajado que invita a sumergirse en la experiencia sin formalidades.
Menú Variado
La carta de Barra Chalaca viaja por los sabores tradicionales del Perú, enfocándose en un estilo de street food. Encontrás desde tiraditos y cebiches hasta piqueos y platos de fondo como arroces y pescados. Algunos de los imprescindibles incluyen el tiradito Chucuito y el cebiche de Puerto, que viene con chicharrón y tortitas de choclo. No te podés perder las empanadas chalacas, los wantacos con trucha y palta, o las croquetas marineras. También hay pastas como tallarines salteados y ravioles de choclo, además de opciones de pescados frescos del día.
El postre clásico es el Suspiro Limeño, perfecto para cerrar la comida con un toque dulce. La selección de vinos está hecha con cuidado, con etiquetas especiales pensadas para el lugar, además de cervezas y cócteles emblemáticos como el Pisco Sour.
La Experiencia Chalaca
Con una combinación de tradición y un ambiente distendido, Barra Chalaca se ha ganado un lugar en el corazón de los porteños. Ya no es solo una novedad, sino un referente para aquellos que buscan disfrutar de una buena comida, compartir con amigos y relajarse en un espacio amigable. Aquí, los sabores son directos y la experiencia invita a quedarse un rato más, disfrutando de la rica cultura peruana.