Los gatos también pueden sufrir demencia como los humanos

Un estudio reciente reveló algo que tal vez no sabías: los gatos mayores también pueden sufrir de deterioro cognitivo, de una manera similar a lo que ocurre en los humanos con Alzheimer. Investigadores de varias universidades —entre ellas la Universidad de Edimburgo y la Universidad de California— realizaron un análisis en cerebros de gatos tras su fallecimiento. Lo curioso es que encontraron acumulaciones de una proteína llamada beta amiloide, especialmente en aquellos gatitos más viejos que mostraban signos de demencia.

Los científicos observaron que ciertas células cerebrales, como los astrocitos y la microglía, se encargan de eliminar las sinapsis dañadas en un proceso conocido como poda sináptica. Este mecanismo es fundamental durante el desarrollo del cerebro, pero en gatos mayores, podría acelerar la pérdida de conexiones neuronales, contribuyendo a la demencia.

Los síntomas de la demencia felina

La demencia en gatos, o síndrome de disfunción cognitiva (SDC), suele ser insidiosa, con síntomas que aparecen de a poco. ¿Cuáles son las señales más comunes? Es fácil reconocer a un gato que se muestra desorientado, que olvida dónde dejó sus juguetes o que no recuerda cuándo es la hora de comer. También podrías notar cambios en sus patrones de sueño, como maullidos intensos por la noche o pérdida de interés en juegos y comidas. Otro signo a tener en cuenta es la falta de aseo personal.

Es importante saber que estos signos no son exclusivos de la demencia. Enfermedades como el hipertiroidismo, hipertensión, insuficiencia renal o incluso tumores cerebrales podrían causar síntomas similares. Por eso, siempre es recomendable llevar a tu gato al veterinario para una evaluación completa. Esto puede incluir análisis de sangre, mediciones de presión arterial y pruebas neurológicas.

Tratamientos y cuidados para gatos con demencia

El tratamiento para la demencia felina se centra en mejorar la calidad de vida del animal. Los especialistas sugieren establecer rutinas diarias que sean predecibles y evitar cambios drásticos en su entorno. Es fundamental facilitar el acceso a recursos básicos como su cama, el comedero, el bebedero y la bandeja sanitaria. Podés incluso pensar en adaptar tu hogar con rampas o luces nocturnas para ayudarlo a orientarse mejor.

También es clave estimular la mente del gato. Los juegos interactivos y los comederos tipo rompecabezas son excelentes para mantener su cerebro activo. La alimentación también juega un papel crucial. Una dieta rica en antioxidantes y, si es necesario, medicación para controlar la ansiedad o el dolor, puede ser recomendada por el veterinario.

Con un diagnóstico temprano y el manejo adecuado, muchos gatos mayores pueden seguir disfrutando de una buena calidad de vida durante años. Es impresionante ver cómo estos pequeños felinos pueden adaptarse y seguir compartiendo su amor con nosotros.

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