Lifestyle

La razón detrás de una persona amargada, según expertos

La memoria es algo fascinante, ¿verdad? A menudo, nos ayuda a revivir los momentos más felices de nuestras vidas, pero también tiene su lado complicado. Según el psicólogo Antoni Bolinches, existe un fenómeno curioso: la tendencia de nuestra memoria a suavizar los recuerdos negativos y a resaltar esos instantes de felicidad, especialmente de la infancia y juventud. Esto puede parecer algo bueno, pero ¿qué pasa cuando nos anclamos en esos recuerdos felices y dejamos de lado el presente?

Cuando hablamos de este tema, es importante entender cómo funciona nuestra mente. Para muchos, el pasado puede parecer mejor que lo que vivimos hoy, y esta visión puede limitar a las personas. Bolinches menciona que “la memoria tiende a percibir lo bueno en el perfil del optimista, y, por desgracia, a recordar lo malo en el perfil del pesimista”. Esta dualidad puede llevar a que algunas personas se sientan estancadas, atrapadas en un loop de recuerdos que no les permite avanzar.

Estancarse en el pasado: una limitación para relacionarse con otros

Hay quienes viven atrapados en su pasado, en sus recuerdos, lo que les impide disfrutar del presente. Esta situación puede suceder por miedo a lo que el futuro pueda traer. Muchas veces, estos recuerdos se convierten en refuerzos de lo que sentimos: una especie de profecía autocumplida. La reflexión de Bolinches es clara: “Si no pudiéramos olvidar, no podríamos ser felices”. Es habitual ver cómo algunas personas se amargan por cosas que sucedieron hace años, manteniéndolos presentes de forma negativa.

Aprender a soltar y mirar hacia adelante

El especialista también sugiere que es esencial hacer un balance entre lo positivo y lo negativo que hemos experimentado, especialmente en el ámbito de las relaciones. A menudo, la gente se enfoca más en el dolor que quedó de experiencias pasadas, en lugar de reconocer también los buenos momentos vividos. “Las personas se dan cuenta de cuántas parejas han tenido, pero el problema es que se quedan con el daño que les hicieron, no con el que ellos pudieron causar”.

Lo importante aquí es no aferrarse al pasado. No se trata de olvidar lo vivido, sino de aprender a convivir con esos recuerdos de una manera que no nos lastime. Así, se evita que las frustraciones del ayer afecten nuestro presente y futuro, al brindarnos la oportunidad de disfrutar de nuevas experiencias sin los lastres del pasado.

Así que, la próxima vez que un recuerdo venga a tu mente, tómate un momento para reflexionar: ¿es un momento para atesorar o una carga que necesitas soltar? Es un camino hacia una vida más plena y feliz.

Artigos relacionados

Botão Voltar ao topo