la manera más efectiva de mantenerte en forma
Llegar a la vejez puede ser un desafío, sobre todo cuando se trata de mantenernos activos. A veces, hacer ejercicio se vuelve complicado, pero hay un sinfín de opciones accesibles para todos. La buena noticia es que no hay que resignarse; ¡siempre hay oportunidad para mantenerse en movimiento!
El entrenamiento es crucial para prevenir enfermedades que suelen aparecer con la edad. Hacer ejercicio no solo mejora nuestra movilidad, sino que también potencia la autonomía y la independencia física. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se aconseja que los adultos mayores realicen mínimo 150 minutos de actividad física moderada a la semana. No suena nada mal, ¿no?
Practicar actividad física regularmente beneficia el sistema circulatorio, mejora la digestión, ayuda a dormir mejor y, por supuesto, eleva nuestro estado de ánimo. Sin embargo, es cierto que algunas actividades pueden ser un desafío si tenemos movilidad reducida. Por eso, es vital elegir ejercicios adecuados a cada situación.
Múltiples y diferentes ejercicios para una rutina de entrenamiento completa
No hay ejercicios descartados para los adultos mayores, pero lo ideal es armar una rutina en función de las posibilidades y la salud de cada uno. Un combo de entrenamiento aeróbico, de fuerza, flexibilidad y equilibrio es el más recomendado para trabajar todos los aspectos del cuerpo.
Para fortalecer los músculos, el peso corporal puede ser muy efectivo. Para el tren superior, levantar objetos livianos puede funcionar bien, adaptándolo a lo que cada persona tolere. Para las piernas, una opción práctica es hacer ejercicios sentado, levantando las piernas o utilizando bandas elásticas.
Aspectos a tener en cuenta si se sufre de enfermedades crónicas
Es importante considerar que hay algunas enfermedades crónicas que requieren atención especial, como la diabetes o problemas cardíacos. Pero no se trata de evitar el ejercicio, sino de adaptarlo a la situación. Por ejemplo, si tienes diabetes, es fundamental mantenerse hidratado y no realizar actividades en ayunas.
En el caso de osteoporosis, es mejor evitar ejercicios que impliquen flexiones excesivas o que pongan en riesgo la columna. Si se ha tenido un infarto reciente, un plan de rehabilitación puede ser necesario antes de comenzar cualquier actividad.
Por otro lado, si alguien padece osteoartrosis, debería evitar ejercicios de alto impacto, como correr o saltar. En lugar de ello, es recomendable fortalecer los músculos, ya que cuanto más fuertes estén, menos carga soportarán las articulaciones. Los ejercicios controlados son la clave aquí, tanto para el tren inferior como superior.
Recuerda que cada cuerpo es único, y lo mejor es encontrar una rutina que se adapte a ti. Con un poco de creatividad y adaptaciones, es totalmente posible mantenerse activo y disfrutar del ejercicio, incluso en la vejez.