La edad adecuada para dejar de consumir cerveza, según expertos

La cerveza siempre ha sido una compañera en nuestros momentos de encuentro y celebración. Desde un asado en familia hasta la final de un campeonato, es raro ver una reunión argentina sin ella. Pero, a medida que vamos sumando años, es preciso reflexionar sobre los efectos que el consumo de alcohol puede tener en nuestra salud.

Con el tiempo, es necesario prestar atención al impacto del alcohol, y la cerveza no es la excepción. Aunque sea común disfrutar de unas birras con amigos, hay que recordar que estamos hablando de una bebida alcohólica que, si bien puede ser agradable, también cuenta con efectos que se vuelven más notorios con la edad.

El neurólogo estadounidense Richard Restak menciona que es clave decidir cuándo dejar atrás el consumo de alcohol. Él destaca que el alcohol es una neurotoxina que puede tener un impacto negativo en nuestras células nerviosas, especialmente en la vejez. Así que, si ya estás alcanzando o has superado los 65 años, Restak recomienda encarecidamente evitar el alcohol.

A partir de esta edad, nuestro cuerpo empieza a perder neuronas, y cuidar ese preciado recurso es esencial para mantener la memoria y el pensamiento en plena forma. Se estima que, aunque la pérdida de neuronas no es masiva, oscilando entre el 2% y el 4%, cada neurona es importante, y evitar el alcohol puede ser un buen paso hacia un envejecimiento saludable.

Es interesante saber que, a partir de los 65 años, el metabolismo del alcohol se altera. Con la edad, la función hepática disminuye, lo cual significa que el cuerpo se vuelve menos eficiente al procesar el etanol. Esto resulta en que el alcohol puede permanecer más tiempo en el torrente sanguíneo, intensificando sus efectos incluso con una cantidad moderada. Por eso, lo que antes era una copa inofensiva puede convertirse en algo que cause mareos o confusión.

Además, otro factor en juego es la disminución de la masa muscular y del agua corporal que se da con el paso del tiempo. Cuando el alcohol se distribuye en menos agua, puede generar concentraciones más altas en la sangre, lo que hace que los efectos sean más intensos.

Así que, vale la pena reflexionar y cuidar nuestro cuerpo, especialmente en estas últimas etapas de la vida. Redefinir nuestra relación con la cerveza puede ser parte del camino hacia una vida más activa y saludable.

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