Fortalece los músculos y mejora tu calidad de vida
El entrenamiento es clave en nuestras vidas, sin importar la edad. Con el tiempo, puede que se nos haga más complicado hacer actividad física, pero es ahí donde el ejercicio se vuelve aún más valioso. Mantenerse activo ayuda a prolongar la salud y mejora nuestro bienestar general.
La Organización Mundial de la Salud aconseja realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana. Si podemos agregar ejercicios de fuerza, ¡mejor aún! Esa combinación no solo favorece un estilo de vida más activo, sino que también puede aumentar nuestra longevidad y calidad de vida.
Estiramientos: el ejercicio que no puede faltar en tu rutina de entrenamiento
Una preocupación común entre los adultos mayores es la rigidez muscular. Por eso, el entrenamiento no debe limitarse solo a lo cardiovascular; también necesitamos enfocarnos en la fuerza y, sobre todo, en la flexibilidad.
Mucha gente piensa que los estiramientos son solo parte del calentamiento antes de hacer ejercicio, pero en realidad son un entrenamiento muy beneficioso por sí mismos. Ayudan a corregir malas posturas, mejoran la capacidad física y son perfectos para reducir el estrés diario.
Además, los estiramientos impactan el sistema cardiovascular. Una mayor flexibilidad en los músculos se traduce en arterias más elásticas. Al incorporar estiramientos diarios, no solo aliviamos el cuerpo, sino que también fortalecemos la salud a largo plazo.
Los ejercicios más recomendados
Uno de los estiramientos más útiles es el de cuello, ideal para aliviar la tensión cervical. Para hacerlo, simplemente siéntate en una silla, inclina suavemente la cabeza hacia un lado, mantén la posición durante 15 segundos y luego cambia de lado.
Otro ejercicio esencial es el estiramiento de hombros, que mejora la movilidad y la postura. Cruzás un brazo por delante del pecho y lo sostenés con el otro brazo. Mantené esta posición durante 20 segundos de cada lado.
También hay un estiramiento bastante efectivo para la espalda baja y la zona lumbar. Para hacerlo, recostate boca arriba, lleva ambas rodillas al pecho y abraza suavemente tus piernas.
Si querés trabajar los isquiotibiales, sentate en una silla y extendé una pierna hacia adelante con el talón apoyado en el suelo, inclinando el tronco ligeramente hacia adelante. Esto mejora la flexibilidad en las piernas y la cadera.
Por último, un gran estiramiento para la circulación es el de pantorrillas. Colocate de pie frente a una pared, apoyá las manos y adelanta una pierna, manteniendo la otra extendida hacia atrás, durante 20 segundos por lado.
Incorporar estos ejercicios en tu rutina diaria puede ser simple y muy efectivo. ¡Así que a estirarse se ha dicho!