El País del Estrés: Impacto del Burnout en Trabajadores Argentinos
El burnout, una epidemia silenciosa, afecta el desempeño laboral y tiene repercusiones en la productividad de las empresas. La Argentina no solo enfrenta crisis económicas; atraviesa cuerpos. Cada recorte y ajuste deja huella no solo en el bolsillo, sino también en la mente, en la calidad del descanso y en la energía para trabajar. Nos encontramos ante una epidemia silenciosa: el burnout crónico disfrazado de seguir adelante como sea.

La Realidad de los Trabajadores
Muchos trabajadores no están simplemente cansados; están emocionalmente desgastados. Se levantan cada mañana con la sensación de que nada es suficiente, que todo puede cambiar de un día para otro, y que la estabilidad es un lujo. Esta incertidumbre no se queda en casa; se traslada a las oficinas y equipos, manifestándose en microconductas como la apatía y la desconexión con lo que antes motivaba.
En un contexto de incertidumbre sostenida y exigencias crecientes, el estrés se convierte en un fenómeno colectivo. Se cuela en los pasillos, en las conversaciones y en los silencios, erosionando la motivación y bloqueando la creatividad. Lo más peligroso es que este estado emocional se normaliza.
El Burnout Silencioso
El burnout silencioso no siempre grita; a menudo, apenas se nota. Se manifiesta en trabajadores que están presentes pero desconectados. Cumplen con sus tareas, responden correos, pero ya no aportan ni brillan. Este modo de supervivencia se convierte en rutina y se vuelve tóxico cuando no se aborda, y se espera rendimiento sin condiciones mínimas de bienestar.
Las Empresas y su Responsabilidad
Las empresas no pueden mirar para otro lado. El bienestar no es un beneficio opcional; es una condición fundamental para el funcionamiento. Cuando la salud mental se deteriora, la productividad también lo hace. Más allá del impacto económico, está el humano: personas que pierden el sentido de lo que hacen, que se enferman y que se apagan. Sin personas íntegras, no hay empresa que prospere.
¿Qué Pueden Hacer las Organizaciones?
Primero, ofrecer herramientas para desarrollar resiliencia y crear espacios emocionalmente seguros, donde las emociones se valoren. Entrenar a los líderes para escuchar y detectar señales tempranas es crucial. También es fundamental ofrecer recursos reales, como acompañamiento emocional y conversaciones de feedback que no se centren solo en el rendimiento, sino también en el bienestar.
Como mentora y coach de líderes, observo diariamente cómo el clima en una empresa cambia cuando se abordan las dificultades. Lo humano no interfiere con los resultados; los potencia. Liderar con humanidad no significa dejar de exigir, sino aprender a sostener de manera más efectiva.
Una Nueva Narrativa
La Argentina no puede permitirse perder más talento por agotamiento. Necesitamos organizaciones donde el bienestar no sea la excepción, sino la norma. Un entorno laboral que no implique sacrificar la salud mental por los resultados es esencial para el avance sostenible del país.
El país del estrés necesita adoptar una nueva narrativa: una donde la salud mental tenga tanta importancia como los resultados. Sin personas íntegras, no hay proyecto que avance. Este cambio comienza por abordar lo que muchos aún prefieren callar.
Natalia De Vita – Mentora, speaker y coach de líderes