El desafío de los plátanos en la ciudad

La primavera en Buenos Aires es hermosa, con días agradables, flores por doquier y ese calorcito que invita a salir. Pero, como cada año, trae consigo una molestia: la alergia ocular estacional. Esto sucede especialmente con la floración de los plátanos, esos enormes árboles que adornan las calles y a menudo son confundidos con bananos. Aunque no dan frutas comestibles, liberan micropartículas de polen que podemos inhalar.

Cuando estas partículas entran en contacto con nuestros ojos o vías respiratorias, pueden causar picazón, enrojecimiento, lagrimeo y esa molesta sensación de que algo está allí, en el ojo. Es el clásico espectáculo de la alergia ocular, una incomodidad que muchos de nosotros conocemos bien.

¿Por qué sucede?

La alergia es, en esencia, una reacción exagerada de nuestro sistema inmunológico. El cuerpo interpreta el polen y otros componentes como amenazas, lo que desencadena una respuesta inflamatoria. Los ojos y la mucosa nasal son las áreas más afectadas, por eso, muchas veces la conjuntivitis alérgica viene acompañada de rinitis. A veces, es difícil no estornudar, y la picazón en la nariz puede ser insoportable.

¿Qué pasa hoy en Buenos Aires?

Entre septiembre y noviembre, el aire de la ciudad se llena de partículas de polen de plátanos y gramíneas. Los días secos y ventosos son un cóctel explosivo que facilita que estas partículas floten. Es así que muchas personas, incluso aquellas que no se acercan a árboles o jardines, terminan con síntomas de alergia. Es en esta época que se nota un aumento de irritación ocular, especialmente entre quienes ya son alérgicos o sensibles a estos cambios. Además, usar mascarillas y aire acondicionado puede hacer que nuestros ojos se sientan aún más secos.

¿Cómo prevenir y tratarla?

Aquí van algunos consejos prácticos para mitigar las molestias:

  1. Evitar salir en días ventosos: Limitar las actividades al aire libre, especialmente en parques con plátanos, puede ayudar mucho.

  2. Usar anteojos de sol: Optá por modelos envolventes, que actúan como barrera contra las partículas en suspensión.

  3. Higiene ocular: Al volver a casa, lavá tu cara y ojos con solución fisiológica para eliminar el polen.

  4. Lágrimas artificiales: Son ideales para mantener la superficie ocular hidratada y reducir la cantidad de alérgenos.

  5. Consultar siempre al oftalmólogo: No te automediques. Un profesional puede aconsejar sobre colirios antialérgicos o antiinflamatorios adecuados para tu caso.

Si notás visión borrosa, sensibilidad a la luz o dolor ocular, es fundamental que consultes a un médico de inmediato. En algunos casos, las alergias pueden afectar la córnea y comprometer la visión, sobre todo en los más jóvenes.

La alergia ocular primaveral puede ser una molestia, pero con algunas precauciones y buena higiene, se puede disfrutar de esta bella estación sin tanto sufrimiento ocular.

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