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Dar o no dar el asiento en el transporte público: psicología detrás de la decisión

La decisión de ceder el asiento en el transporte público puede revelar aspectos interesantes de nuestra personalidad. Según la psicología, cada acción o gesto cotidiano tiene un significado que puede ser analizado. La forma en que respondemos a la necesidad de otros puede reflejar rasgos de carácter profundos.

Los especialistas identifican dos tipos de personas en esta situación: el apretador, que cede el asiento cuando alguien lo solicita, y el acaparador, que ignora esa necesidad. Conocer estos perfiles puede ayudarnos a entender mejor nuestras propias conductas y motivaciones.

El significado detrás de la decisión de ceder el asiento en el colectivo.  Mariano Fuchila

Significado de ceder el asiento

El psicólogo y abogado Robert Goldman ha estudiado este tema y explica que ceder el asiento es una gran muestra de empatía. Esta habilidad social permite a una persona ponerse en el lugar del otro. Por el contrario, aquellos que se niegan a dar el asiento suelen priorizar su comodidad sobre la cortesía social.

Goldman también señala que la decisión de ceder el asiento puede estar relacionada con la reciprocidad. Las personas que ayudan a otros pueden esperar, consciente o inconscientemente, que ese apoyo sea devuelto en el futuro. Esta interacción social se basa en reglas de cortesía que facilitan el orden dentro de la sociedad.

El análisis del costo-beneficio

En este contexto, se realiza un análisis inconsciente del costo-beneficio. Las personas consideran las recompensas morales y emocionales que pueden recibir al ser vistas como amables y educadas. Esta percepción social juega un papel importante en la decisión de ceder el asiento.

Además, Goldman menciona el fenómeno de la difusión de la responsabilidad, que puede inhibir a las personas de actuar en grupos grandes. Cuando nadie pide el asiento directamente, la probabilidad de que se niegue es mayor. Sin embargo, cuando la solicitud es personal y cara a cara, es más probable que se acceda a la petición.

Así, la decisión de dar o no el asiento en el transporte público es más que un simple acto de cortesía; es una manifestación de empatía, valores sociales y dinámicas psicológicas que influyen en nuestro comportamiento cotidiano.

Rafael Cockell

Administrador, con posgrado en Marketing Digital. Aproximadamente 4 años de experiencia en redacción de contenidos para la web.

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