Cuando la diplomacia se refleja en arte y diálogo

La misión de alto nivel de Años de Cultura Qatar-Argentina y Chile 2025 se instaló en Buenos Aires y Santiago con un programa que entrelazó música, debates urbanos, innovación y proyectos colaborativos. Este evento se transforma en un escenario donde se encuentran economías, creatividad y diplomacia.

Cuando hablamos de diplomacia cultural, puede parecer algo formal, pero lo que vivió la delegación qatarí en septiembre de 2025 fue mucho más. No fue solo un desfile de protocolo, sino una estrategia bien pensada para conectar culturas y economías, además de abrir redes de comercio.

1. Cuando la música abre puertas

El momento más destacado en Buenos Aires fue, sin duda, la llegada de la Orquesta Filarmónica de Qatar al emblemático Teatro Colón. Este estreno en América Latina generó tal expectativa que el teatro decidió habilitar áreas de pie, algo que no ocurría desde hacía décadas, para satisfacer la demanda del público.

El director ejecutivo de la orquesta, Nasser Sahim, expresó su entusiasmo en una conferencia de prensa: “Este concierto es un sueño hecho realidad. Los esperamos para una noche inolvidable”. Bajo la batuta del maestro Enrique Diemecke, el repertorio combinó música argentina, como tangos de Piazzolla, con composiciones contemporáneas de Qatar, reafirmando el lazo musical que se busca fortalecer.

El bandoneonista Víctor Hugo Villena también compartió su experiencia: “Fue una oportunidad única para hacer conversar dos lenguajes tan distintos. La música demuestra que el encuentro entre culturas es siempre posible”.

Detrás de este evento, estaban los diplomáticos de Años de Cultura, liderados por Mohammed Al Kuwari, quien eligió Buenos Aires como el primer destino antes de cruzar a Chile.

2. Del arte al debate: ciudades, juventud y futuro urbano

Pero la orquesta no fue todo. Uno de los ejes del programa fue el Town Hall Doha Debates, que se realizó en la Usina del Arte, centrado en la pregunta: ¿Cómo debemos reinventar la ciudad?

Estudiantes de Argentina, Chile y Qatar se unieron a expertos como Guadalupe Granero Realini y Nicholas Boys Smith para discutir el futuro de las ciudades. La moderadora, Malika Bilal, propició un diálogo dinámico: ¿es mejor la densidad urbana o la descentralización? “El futuro de las ciudades no puede construirse de forma aislada”, indicó Amjad Atallah, director general de Doha Debates.

Una docente chilena destacó que ver a jóvenes de diferentes continentes intercambiando ideas sobre cuestiones urbanas les recordó que los problemas locales están conectados con crisis a nivel global. Este encuentro no fue solo teórico; se buscó abordar políticas concretas. Se debatió cómo el equilibrio entre el desarrollo económico y la calidad de vida podría ser atractivo para inversores que valoren parámetros como la sostenibilidad.

3. Innovación, emprendimiento y comercio con mirada cultural

Más allá de la música y el debate, la delegación también enfocó su atención en lo tangible: negocios y tecnología. En Buenos Aires, se realizaron encuentros con startups locales donde los qataríes escucharon propuestas sobre inteligencia artificial, energías limpias y diseño. Según fuentes oficiales, estas conversaciones abrieron nuevas vías para el comercio bilateral y el intercambio cultural.

La Embajada de Qatar en Buenos Aires jugó un papel clave en estas agendas. Durante el lanzamiento del programa, el embajador Battal Al Dosari celebró aniversarios importantes para Qatar, como los 20 años del Qatar Museums y 50 del Museo Nacional de Qatar.

La exposición LATINOAMERICANO en el Museo Nacional de Qatar, organizada junto al MALBA, fue otro hito. Fue la primera gran muestra de arte latinoamericano en Asia Occidental y el Norte de África.

El proyecto CultuRide fue otra propuesta interesante: un recorrido en bicicleta entre Argentina y Chile, simbolizando no solo la conectividad geográfica, sino también el diálogo cultural.

4. En Santiago: diseño urbano, moda y caminos hacia Doha

La delegación continuó su camino hasta Santiago, donde se centraron en la creatividad aplicada. En una velada con el arquitecto chileno Alejandro Aravena, se abordaron temas como la reutilización adaptativa y la sostenibilidad urbana.

Se reunieron también con diseñadores emergentes, como Guido Vera y las Hermanas Munay, cuyas obras se exhibirán próximamente en Doha, fortaleciendo la conexión entre ambas regiones.

La visita no solo dejó símbolos; sentó bases para proyectos concretos. Se anunciaron murales en Buenos Aires y Santiago, así como talleres de conservación patrimonial en Valparaíso y un programa de intercambio entre bibliotecas.

5. Sobre tensiones y equilibrios: diplomas, cultura e intereses

Designar esta agenda como diplomacia cultural puede ocultar algunas tensiones. Todo programa que une cultura y negocios entre naciones distantes conlleva el riesgo de que el intercambio cultural se convierta en una fachada para intereses económicos. Sin embargo, los qataríes ven esto como una oportunidad para probar que cultura y comercio pueden convivir.

Cabe preguntarse: ¿cuánto impacto tendrá la cultura en las decisiones económicas futuras? ¿Se generarán nuevas exportaciones culturales argentinas o solo se fortalecerá la presencia de Qatar en la región?

En esta crónica, no se trata de vender Qatar ni de enumerar logros, sino de observar cómo este país utiliza sus recursos para posicionarse en América Latina. Desde Buenos Aires, se escuchó música que conectó océanos; en Santiago, se pensó en el diseño como una fuerza de transformación.

Con el tiempo, el éxito de este modelo cultural dependerá de la continuidad de las iniciativas y de la capacidad para convertir esos lazos simbólicos en algo más tangible. Mientras tanto, los qataríes ya se han establecido en América del Sur, y los ecos de la cultura y el intercambio empezaron a recorrer nuevos caminos.

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