Nuevo tratamiento logra revertir leucemia en pacientes seleccionados
Una terapia innovadora está brindando nuevas esperanzas a pacientes con cáncer de sangre que se considera agresivo e incurable. Este tratamiento consiste en editar el ADN de los glóbulos blancos, transformándolos en lo que se conoce como un “fármaco vivo”, capaz de luchar contra la enfermedad.
Muchos de los que se han sometido a este ensayo clínico vieron fracasar tanto la quimioterapia como los trasplantes de médula ósea. Para ellos, la medicina convencional ya no ofrecía más allá de una opción para hacer la vida un poco más llevadera.
Un tratamiento que cambia vidas
Alyssa Tapley, una joven de 16 años de Leicester, comparte su experiencia. “Pensé que iba a morir y que no podría disfrutar de todo lo que un niño merece vivir”, comenta. Alyssa fue la primera persona en el mundo en recibir este tratamiento en el Great Ormond Street Hospital.
Los investigadores trabajan con los cuatro tipos de bases del ADN: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T). Estas son fundamentales en el código genético humano. Modificar el ADN permite a los científicos enfocarse en una parte específica del mismo, cambiando su estructura molecular para que funcione de otra manera, lo cual es clave en el tratamiento.
Gracias a estos avances, los científicos pudieron intervenir en células T sanas y eliminar las dañinas, sin que el tratamiento se autodestruyera. Si tras cuatro semanas no se detecta cáncer, el siguiente paso es realizar un trasplante de médula ósea para regenerar el sistema inmunológico del paciente.
“Hace unos años, esto habría parecido ciencia ficción”, dice el profesor Waseem Qasim de la UCL y Great Ormond Street. En este contexto, el profesor menciona que el proceso implica “desmantelar casi todo el sistema inmunológico”, lo que resulta en un “tratamiento profundo y exigente, pero que, cuando da resultado, funciona muy bien”.
La UBA a la vanguardia con inteligencia artificial
Un equipo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) está trabajando en una herramienta de inteligencia artificial que busca predecir la respuesta individual a la quimioterapia. Esto podría guiar a los médicos en la elección del tratamiento más adecuado, evitando exposiciones innecesarias a efectos adversos y maximizando los beneficios.
Actualmente, este proyecto, liderado por profesionales de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, está en fase preclínica, pero ya recibió un importante reconocimiento: el Premio CRIION-Frank de Investigación en Biomedicina. Se espera que en dos años se logre la validación clínica, con aplicaciones hospitalarias en un horizonte de cinco a diez años.
El equipo detrás de este avance incluye a Matías Pibuel, Silvina Lompardia (UBA-CONICET) y Martín Ledesma, un bioinformático del Hospital El Cruce. Estos esfuerzos son un gran paso hacia tratamientos más personalizados y eficaces para quienes luchan contra el cáncer.