La vitamina D: un revelador hormonal, afirman especialistas

La vitamina D, un aliado crucial para nuestra salud, se produce principalmente cuando la piel recibe exposición al sol. Este proceso da inicio a una serie de transformaciones que son posibles gracias al trabajo del hígado y riñón. Hay algo que te debería interesar: a partir de los 35 años, los niveles de vitamina D comienzan a bajar, tal como comenta la doctora Sara Marín.

Pocos se han detenido a pensar que la vitamina D, conocida como colecalciferol, debería considerarse más como una hormona o prohormona. Así lo afirma la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Imagina que esta hormona actúa como una tarjeta magnética que se activa al solares y abre puertas en nuestro cuerpo, facilitando procesos vitales.

Además de regular la salud ósea, la vitamina D también influye en el estado de ánimo, la musculatura, y contribuye al sistema inmunológico e intestinal. Todo esto en palabras simples: sin suficiente vitamina D, el organismo no puede absorber correctamente el calcio, lo que afecta a los huesos y músculos.

La doctora Marín destaca varias funciones de esta vitamina:

  1. Protección de los huesos: Ayuda a prevenir la osteoporosis, permitiendo que el calcio penetre en los huesos.
  2. Mejora la fuerza muscular: Facilita la entrada de calcio en los músculos, esencial para su contracción.
  3. Estado de ánimo: Niveles bajos de vitamina D se han vinculado a mayores tasas de ansiedad y depresión.
  4. Regulación intestinal e inmunológica: Fortalece la barrera intestinal y contribuye a reducir inflamaciones en el cuerpo.

Para conseguir vitamina D, no sólo basta con tomar sol. La dieta juega un papel importante. Alrededor del 80% de la vitamina D que necesitamos proviene de la exposición solar: solo con 10 a 15 minutos al día son suficientes. El resto se puede obtener de alimentos como bacalao, salmón, sardinas, champiñones y yema de huevo.

Sin embargo, hay algo que debes tener en cuenta: en invierno, la radiación solar es mucho menos efectiva. Cuando estamos dentro, los cristales de las ventanas filtran gran parte de los rayos y, por lo tanto, se reduce la producción de esta vitamina. La dieta sola puede no ser suficiente, aportando entre un 10% y un 20% de lo que necesitamos.

Cuidado con el exceso. Aunque la vitamina D es vital, un consumo excesivo puede causar hipervitaminosis D, que es una intoxicación por exceso de suplementos. Esto puede llevar a niveles peligrosos de calcio en la sangre, conocidos como hipercalcemia. Los síntomas pueden incluir desde náuseas y mareos hasta, en casos extremos, daños renales.

Así que, mientras la vitamina D es imprescindible para el bienestar, tomemos este conocimiento con precaución y disfrutemos de un rato al sol, siempre con moderación.

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