El uso de calabazas en Halloween: decoración y disfraces
Cada 31 de octubre, las calles se llenan de disfraces, calabazas talladas y un ambiente entre lo divertido y lo misterioso. ¡Es Halloween! Esta tradición, que se originó en Estados Unidos, ha encontrado un eco cada vez más fuerte en Argentina y en otros rincones de América Latina.
Para muchos, Halloween es sinónimo de una noche repleta de juegos, dulces y sustos. Sin embargo, lo que a simple vista parece una festividad sencilla es, en realidad, una mezcla fascinante de ritos antiguos, creencias populares y un poco de marketing que se entrelazan para dar vida a esta celebración multifacética.
Uno de los símbolos más reconocibles de Halloween es, sin duda, la calabaza. Esta se puede ver tallada para iluminar, en guirnaldas, o incluso como parte de los disfraces. Pero, curioso como es, pocos saben el porqué de su presencia tan icónica en esta fecha. La historia de la calabaza se remonta a una antigua leyenda que vale la pena conocer.
Qué se celebra en Halloween
Halloween tiene raíces que combinan lo pagano, lo cristiano y lo popular. Por un lado, se relaciona con la festividad de Día de Todos los Santos, conocido en inglés como “All Hallows’ Eve”. Por otro lado, su origen se encuentra en tradiciones celtas de finales del verano, un periodo que marcaba el cambio de estación y en el que se creía que los límites entre el mundo de los vivos y el de los muertos se difuminaban.
Así, esta noche se transformó en una ocasión para disfrazarse, pedir dulces, encender velas e decorar casas con elementos que entrelazan el miedo y la diversión. Aunque hoy en día ha perdido parte de su conexión con el recuerdo a los difuntos, Halloween sigue siendo un evento masivo: una noche de compras, encuentros con amigos, y una experiencia colectiva que mezcla tradición y modernidad.
La leyenda detrás de las calabazas de Halloween
Una de las imágenes más emblemáticas de Halloween es la linterna tallada de calabaza, conocida como Jack-o’-lantern. Aunque hoy la asociamos con esta festividad, su origen es un tanto más humilde y proviene de otro vegetal: el nabo.
Según la leyenda, el personaje irlandés Stingy Jack (Jack el Tacaño) engañó al diablo y, como consecuencia, fue condenado a vagar por la Tierra con una lámpara hecha de un nabo, donde guardaba una brasa para iluminar su camino.
Cuando los inmigrantes irlandeses llegaron a América del Norte en el siglo XIX, descubrieron un montón de calabazas durante el otoño. Así, decidieron sustituir el nabo por estas calabazas que eran más grandes y fáciles de tallar. De aquí nació la costumbre de vaciar una calabaza, tallarle ojos, nariz y boca, colocar una vela adentro y usarla como faro simbólico de la leyenda, además de una decoración festiva.
Halloween sigue evolucionando, pero su esencia de fusión de tradiciones se mantiene viva en cada disfraz y en cada calabaza iluminada.