cómo prevenir las alergias provocadas por este árbol en primavera

En cada primavera, los plátanos se convierten en una parte esencial del paisaje urbano. Con sus copas frondosas y su resistencia al calor, se han hecho icónicos en nuestras calles y avenidas. Sin embargo, esta temporada también trae consigo algún que otro inconveniente para quienes sufren de alergias, ya que estos árboles liberan polen y fibras que pueden resultar muy irritantes.

Domingo Faustino Sarmiento, el gran reformador de la educación en Argentina, se inspiró en modelos europeos y estadounidenses para promover la plantación de especies que resistieran las condiciones urbanas. Así fue como el plátano de sombra llegó a multiplicarse rápidamente. Para él, eran árboles ideales: crecen rápido, ofrecen amplia sombra y son capaces de soportar la contaminación de las ciudades. Aunque, lamentablemente, lo que no previó fue su efecto secundario más problemático: las alergias primaverales.

Los beneficios ambientales del plátano

Desde un punto de vista ecológico, el plátano actúa como un purificador natural. Su densa copa ayuda a filtrar el aire, reteniendo material particulado que influye en enfermedades respiratorias. Además, estos árboles son capaces de captar gases de efecto invernadero, regulan la temperatura y generan hábitats para aves y pequeños mamíferos.

Por eso, a pesar de que algunos municipios buscan reemplazarlos, el enfoque no es erradicarlos. Más bien, se busca sustituir gradualmente las variedades más irritantes por otras que produzcan menos polvillo. Esta estrategia permite aprovechar sus beneficios sin dejar de lado la salud de quienes sufren alergias.

El origen de las alergias

El problema radica en la biología del plátano. Durante la primavera, este árbol libera grandes cantidades de polen y filamentos que irritan las mucosas nasales y oculares. Según la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, el 90% de las molestias proviene de irritaciones mecánicas, y solo el 10% se debe a reacciones alérgicas verdaderas.

En Argentina, la época crítica suele ir de mediados de agosto a fines de octubre, sobre todo en días secos y ventosos, momento en el que las partículas se dispersan con mayor facilidad. Es cuando muchos comienzan a experimentar esos incómodos estornudos y picazón en los ojos.

Cómo prevenir y aliviar los síntomas

Los especialistas sugieren algunas medidas simples para reducir la exposición y aliviar los síntomas. Por ejemplo, es mejor evitar caminar o hacer ejercicio bajo los plátanos en flor, mantener las ventanas cerradas en días ventosos, y usar anteojos y mascarilla al salir. Además, limpiar los espacios interiores con un trapo húmedo puede ayudar a mantener el polvo bajo control.

El alergólogo Ledit Ardusso explica que no hay razones médicas para talar la especie. Las medidas de poda preventiva y la limpieza frecuente de las veredas son suficientes para minimizar los efectos sin perder los beneficios que los plátanos aportan a nuestro entorno.

Convivir con ellos: el equilibrio necesario

Aunque los plátanos pueden ser protagonistas indeseados cada primavera, su valor ambiental es innegable. Resisten la contaminación, entregan sombra, alivian el calor y purifican el aire. Con una adecuada planificación y mantenimiento, es posible que sigan formando parte de nuestras vidas sin ser una pesadilla para quienes son alérgicos.

En definitiva, los plátanos son tan irritantes como indispensables, un equilibrio entre naturaleza y ciudad que Sarmiento, tal vez sin saberlo, dejó como legado a las futuras generaciones.

Botão Voltar ao topo