Yerba mate: crisis en el sector puede frenar cosecha de verano

La crisis que afecta a los productores yerbateros de Misiones está generando una situación complicada. Muchos de ellos están considerando no iniciar la zafriña de verano, es decir, la cosecha estival de yerba mate, debido a los aumentos en los costos de mano de obra, combustibles e insumos.

La zafriña, que se realiza entre diciembre y marzo, es diferente de la cosecha principal, que ocurre entre marzo y octubre. En estos meses, la producción es más limitada. Desde la llegada de Javier Milei al poder, los productores han expresado su preocupación por cómo la situación económica está afectando a sus familias y a todo el sector.

Productores yerbateros podrían no iniciar la cosecha de verano

Con la desregulación de la actividad yerbatera impulsada por el Decreto 70/23, muchos se sienten a la deriva. La caída de los precios tras una cosecha récord en 2024 ha perjudicado a más de 35.000 familias de productores y trabajadores rurales. Claudio Hacklender, un referente del sector, menciona que “la situación realmente es bastante complicada” a raíz del constante aumento de insumos y del combustible. Además, la mano de obra ha subido en octubre, lo que añade más presión a sus costos.

Hacklender relata una realidad preocupante: “Terminamos la zafra con 240 pesos el kilo de hoja verde en secadero. En góndola, un paquete cuesta unos 4.000 pesos. Hay alguien que se queda con esa gran diferencia, y no somos nosotros, los pequeños productores”. Esta disparidad hace que las ganancias sean mínimas, llevándolos a cuestionar si vale la pena cosechar.

En su análisis, resalta que no solo la yerba está mal, sino que también otros cultivos como la mandioca y el pino enfrentan precios bajos, sumando a la preocupación dentro del campo. “No hay actividad en la chacra que realmente valga la pena, porque los costos son altísimos en todos los rubros”.

Un recuerdo del pasado

Hacklender compara la situación actual con la crisis de los años 90: “Estamos viviendo un déjà vu. En aquella época, dejábamos de cosechar porque el jornal del tarefero valía lo mismo que lo que nosotros ganábamos por tonelada de hoja verde. Hoy estamos de nuevo en esa situación”.

La crisis no solo afecta a los productores, sino también a los secaderos de yerba mate. La MAY (Movimiento Agrario de Yerba) advirtió sobre la caída en la actividad comercial en municipios que dependen del sector yerbatero. A ocho meses de la cosecha 2025, no se observan mejoras en los precios, lo que significa que los productores pueden enfrentarse a otra campaña de trabajo en pérdida.

Según CONINAGRO, la yerba mate se encuentra entre los cultivos más dañados, junto con arroz, papa, mandioca y hortalizas. Estas producciones se resaltan en rojo en el semáforo de las economías regionales que la entidad elabora. El principal problema es que los precios han disminuido o se han estancado, sin ajustarse a la inflación y al aumento de los costos.

Las voces de los productores reflejan una realidad cruda que afecta a su día a día, y su futuro se perfila incierto en un contexto lleno de desafíos.

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