Xi Jinping aboga por una globalización inclusiva tras tregua con Trump
El presidente chino, Xi Jinping, estuvo en el centro de atención durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se realizó en Gyeongju, Corea del Sur. En medio de un ambiente de tensiones globales, Xi aprovechó la ocasión para reafirmar el compromiso de su país con el libre comercio. Durante su discurso, hizo un llamado a avanzar hacia una “globalización inclusiva y compartida”, buscando garantizar un acceso equitativo al desarrollo para todas las naciones.
“Debemos trabajar por un crecimiento abierto y ganar-ganar”, dijo Xi a los líderes presentes, un mensaje que concuerda con un contexto internacional que ha estado viéndose marcado por el proteccionismo en los últimos años.
Su declaración llegó apenas un día después de que alcanzara un acuerdo temporal con Donald Trump en Busan, donde ambos líderes acordaron una tregua comercial de un año. Este acuerdo incluye la suspensión de nuevos aranceles y la pausa en medidas sobre tierras raras, que son materiales clave para industrias tecnológicas y energéticas.
La reunión que sostuvieron duró cerca de una hora y media y fue vista como un intento de desescalar la tensión bilateral y revitalizar las economías de ambos países. Se destacó que esta decisión busca crear un entorno más estable para el comercio internacional, evitando que la rivalidad se desplace a otras áreas estratégicas.
Durante su gira por Asia, Trump se mostró optimista, afirmando desde el Air Force One que había logrado “acuerdos históricos” con Japón y Corea del Sur, que suman compromisos de inversión que superan los 900 mil millones de dólares.
Diálogo regional y señales diplomáticas
Aprovechando la cumbre, Xi tuvo encuentros bilaterales con varios líderes. Se reunió con el primer ministro canadiense, Mark Carney, y acordaron trazar un nuevo camino en su relación. También mantuvo un diálogo con la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, en un gesto que busca romper con años de frialdad diplomática.
Analistas coinciden en que Xi busca fortalecer su influencia en la región y presentar una imagen de estabilidad en contraste con la incertidumbre que se vive en Occidente. Su mensaje en APEC se interpreta como una reafirmación del rol de China en la defensa del multilateralismo económico.
No obstante, se señala que la tregua entre Washington y Pekín es más bien una pausa táctica que una solución definitiva. Aunque hay señales de una relación bilateral más estable, persisten tensiones estructurales que pueden resurgir. Xi, por su parte, insistió en la necesidad de una reforma profunda de las reglas internacionales para que la globalización sea más justa, moderna e inclusiva.