Vuelve el carry trade y el Banco de Japón genera dudas
Un día después de que la Reserva Federal de EEUU (Fed) tome su decisión sobre las tasas de interés, el foco del mercado estará en lo que decida el Banco de Japón (BoJ), que podría ir en una dirección distinta. Hasta hace poco, había consenso acerca de un posible aumento de tasas para el 30 de octubre, pero la inminente asunción de Sanae Takaichi como primera ministra de Japón generó incertidumbres y renovadas expectativas sobre el carry trade entre el dólar y el yen.
Takaichi, quien acaba de ganar la interna del Partido Democrático Liberal de Japón (LDP), se perfila para ser la primera mujer en ocupar el cargo a fin de mes, con la esperanza de que su gobierno influya en un fortalecimiento de la economía nipona.
Jorge Ángel Harker, analista de mercados internacionales, la describió como “casi discípula” de Shinzo Abe, el ex primer ministro que implementó políticas ampliamente conocidas como Abenomics. Estas políticas se centraron en estímulos fiscales y en una devaluación del yen para darle un impulso a la economía japonesa, que estuvo estancada por décadas. Harker también sugiere que Takaichi podría llevar a Japón hacia un giro político a la derecha, similar a lo que se observa en la administración de Donald Trump en EEUU.
Las dudas sobre el BoJ
En uno de los últimos informes de ING, el economista Chris Turner menciona que el mercado anticipa que el nuevo gobierno de Takaichi tratará de lograr una economía más robusta. Eso podría significar que el BoJ termine o incluso revierta su ciclo de ajuste, aplicando un fuerte estímulo fiscal.
También hizo hincapié en que, bajo Abe, el BoJ había multiplicado su balance de deuda del 30% al 100% del PIB, resultando en un yen más bajo por un 25% inicialmente. Según Harker, las inversiones en sectores clave prometidas por el LDP como parte de su campaña probablemente se financiarán mediante emisión, y prevé que el banco central no se oponga a ello con firmeza. “No creo que el BoJ haya sido muy independiente durante las Abenomics”, dice, sugiriendo que eso podría cambiar.
En este momento, el mercado solo estima un 20% de probabilidad de un aumento de tasas en el encuentro del 30 de octubre, un descenso considerable desde el 60% de hace unas semanas. Turner, sin embargo, destaca que la gran diferencia entre el gobierno de Abe y la situación actual es la inflación.
En 2013, Japón lidiaba con la deflación, y en marzo de ese año, el nuevo gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda, estableció un objetivo de inflación del 2%. Hoy, la inflación en Japón supera el 2%, convirtiéndose en una de las principales preocupaciones de los votantes. Esto plantea un desafío para el actual gobernador, Kazuo Ueda, que se encuentra en la búsqueda de aumentar las tasas de interés y reducir el balance de deuda del banco central.
Las presiones desde EEUU
Debido a esta situación, el yen se encuentra en su nivel más bajo en seis meses frente al dólar estadounidense, lo que favorece el carry trade entre ambas monedas. Esta operación ha sido una de las más utilizadas en el ámbito financiero, especialmente dada la estructura de baja tasa de interés del BoJ, que llegó a ser negativa en enero de 2016.
En un contexto donde la Fed bajó su tasa en 25 puntos básicos durante septiembre, ahora en un rango de 4%-4,25%, y se prevé un nuevo recorte, existe el miedo de que una subida de tasas en Japón complique aún más el carry trade.
Harker opina que “Trump ganó el debate comercial no solo con aranceles, sino a través de la devaluación del dólar”. Esto ha derivado en una carrera entre las monedas, donde los países buscan devaluarse rápidamente para contrarrestar el impacto, aunque eso conlleve a un aumento de precios. Uno de los grandes retos que enfrenta Japón es la deflación, y parece que los líderes prefieren una inflación de entre el 2% y el 4% anual.