Venezuela pasaría a lucha armada ante una agresión
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, alzó la voz recientemente ante lo que considera una amenaza inminente: la presencia militar de los Estados Unidos en las cercanías de sus aguas territoriales. Según Maduro, Estados Unidos ha enviado ocho barcos de guerra con más de 1.200 misiles y un submarino nuclear, lo que, según él, justifica una defensa armada de su país. Si llegara a producirse algún ataque, el mandatario asegura que Venezuela “declararía constitucionalmente la República en armas”.
Maduro no se quedó callado y manifestó que esta situación le recuerda a la crisis de 1962 en Cuba, cuando la ex Unión Soviética intentó instalar misiles nucleares en la isla, lo que generó un gran conflicto con Estados Unidos. Para Maduro, lo que está ocurriendo ahora con su país es “una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal”.
En este contexto, Maduro afirmó que, de ser agredido, Venezuela estaría en “lucha armada” para defender su territorio y su historia. “Declararíamos constitucionalmente la República en armas”, enfatizó. Esto surge tras el anuncio de Estados Unidos sobre el envío de cerca de 4.000 efectivos al Caribe para, según dicen, combatir el narcotráfico, además de aumentar a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro, acusado de vínculos con cárteles de drogas.
A pesar de la presión estadounidense, el presidente venezolano aseveró que su país se encuentra en un “periodo especial de preparación”. Ya activó a 4,5 millones de milicianos y convocó a los reservistas. “Garantizaremos el funcionamiento del país, pase lo que pase”, aseguró. Para él, esta es una respuesta a la “máxima presión militar” que enfrenta Venezuela, y aseguró que están listos para defender su soberanía.
Ahora, centrándonos en la situación militar de Estados Unidos, tres destructores de la Marina de EE. UU. han llegado a la costa venezolana. Equipados con el sistema Aegis, forman parte de una operación militar más amplia orientada a luchar contra el narcotráfico en América Latina. Los barcos, el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson, son destructores guiados por misiles diseñados para diversas tareas, incluyendo defensa antiaérea y ataque a objetivos en superficie.
Además de estos barcos, se han desplegado 4.000 marines en el Caribe, junto con aviones de patrulla P-8 Poseidon y potencialmente un submarino de ataque. Esta presencia militar de EE. UU., según un funcionario, se mantendrá por varios meses como un ejercicio que no solo busca vigilancia, sino que, en caso de decidirlo, podría incluir ataques selectivos.