Triunfo libertario renueva confianza en el mercado y afecta al dólar

En las operaciones nocturnas de Wall Street, los ADRs argentinos mostraron una notable recuperación, aumentando hasta un 21%. Mientras tanto, los dólares cripto sufrieron una caída de más de $125. Este panorama refleja una brusca disminución en la demanda de cobertura, lo que algunos en la city consideran el fin de un ciclo de pesimismo extremo y el comienzo de una etapa de mayor optimismo financiero. Este resultado parece reforzar el mandato político del Gobierno y, por ahora, despeja las dudas sobre la continuidad de su programa económico.

Con más del 95% de las mesas escrutadas, La Libertad Avanza logró un 40,8% de los votos a nivel nacional en Diputados, superando al 31,6% de Fuerza Patria y sus versiones provinciales. Especialmente significativo fue el resultado en la provincia de Buenos Aires, tradicional bastión del peronismo, donde el oficialismo alcanzó un sorprendente 41,5%, apenas por encima del 40,8% obtenido por Fuerza Patria.

La clave del auxilio de EEUU

Este resultado electoral tuvo múltiples causas. Por un lado, el rechazo al kirchnerismo fue clave, exacerbado por la falta de renovación en su liderazgo. También influyó el voto útil de sectores independientes que, ante la fragmentación de la oposición, decidieron apoyar al oficialismo para asegurar la gobernabilidad.

Sin embargo, el auxilio financiero de EEUU fue determinante, sobre todo en las últimas dos semanas. Washington no se limitó a hacer promesas; ofreció un swap de monedas de hasta u$s20.000 millones, respaldo en líneas de liquidez, y coordinaciones con el Tesoro norteamericano. Esto permitió que el Banco Central mantuviera la paridad dentro del esquema de bandas. Este respaldo externo actuó como una red de seguridad que evitó que la presión cambiaria desencadenara una crisis mayor durante la campaña.

Las advertencias de Donald Trump, quien mencionó que “si Milei perdía, EEUU no iba a ser generoso con Argentina”, se interpretaron como una señal de que la continuidad del apoyo norteamericano dependía del resultado electoral. Este respaldo funcionó como un ancla de confianza para los inversores y ayudó a sostener el régimen de bandas cambiarias, evitando que el dólar se dispare en un momento de demanda inédita por coberturas. “El apoyo de Washington fue crucial: permitió que el mercado llegara a la elección en condiciones”, coincidieron analistas en la city.

El economista Aldo Abram destacó que los resultados reflejan un gran apoyo al cambio de rumbo hacia la normalidad que está liderando el Gobierno. Su análisis sugiere que la incertidumbre que había hecho que los ahorristas vendieran activos argentinos y dolarizaran carteras podría revertirse con este resultado. “La validación política refuerza las condiciones para una recuperación económica más rápida”, explicó.

En esta misma línea, Martín Polo, de Cohen Aliados Financieros, describió el resultado como un “cisne negro positivo”, capaz de cambiar el ánimo financiero. “El mercado, cargado de pesimismo, ya estaba descontando un escenario adverso. Este resultado no solo mejora la gobernabilidad, sino que brinda tiempo al Gobierno para consolidar su programa”, analizó.

Además, Javier Milei ha moderado su discurso, mostrando mayor apertura al diálogo y proyectando una imagen de liderazgo más pragmático, lo que amplía su base electoral y refuerza la estabilidad institucional.

Del trauma al alivio: apuestan a un reacomodamiento de precios en los activos y a una mayor estabilidad en el dólar

El mercado llegó al 26-O “en modo psiquiátrico”, con precios afectados por la incertidumbre política y un clima de dolarización total. Con el resultado electoral, este sentimiento se transforma completamente. Los operadores esperan un fuerte reacomodamiento de precios, en un contexto internacional favorable y con el explícito apoyo de EEUU.

La banda cambiaria se consolida como un nuevo ancla de corto plazo. Desde las mesas financieras, sostienen que llegó para quedarse, y que el levantamiento total del cepo solo se logrará “por las buenas, no por las malas”, como dijo Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment. “Con la victoria en la mano, el Gobierno gana margen para mantener la estabilidad cambiaria”, argued Chialva, quien ve el esquema de bandas como una herramienta eficaz en un contexto de alta dolarización.

Para él, el resultado “quita presión al dólar y devuelve racionalidad a las expectativas”, lo que permite que el Banco Central comience a comprar divisas en la parte alta de la banda. En este nuevo contexto, proyecta que el dólar mayorista rondará los $1.500, un nivel equilibrado.

La deuda soberana en dólares podría comenzar a comprimir rendimientos en la zona de 8%-9%, impulsada por una menor percepción de riesgo país. Los analistas anticipan una suba generalizada de bonos y acciones, con un riesgo país que podría descender a 800 puntos, e incluso a 500 si se afianza la acumulación de reservas.

También es probable que la mejora de expectativas relaje las tasas en pesos y abra la puerta a nuevas emisiones de deuda en el mercado internacional. Con el resultado electoral, el Gobierno puede capitalizar esta nueva confianza, pero la clave residirá en mantener la disciplina fiscal y asegurar el flujo de divisas.

Antes de las elecciones, la demanda de cobertura se había elevado considerablemente, con cifras que rondan los u$s12.000 millones canalizados hacia activos dolarizados. Con el nuevo escenario, este proceso podría revertirse. Respecto a la deuda hard dollar, se espera que avance hasta un 19%, impulsada por el apetito global por emergentes y el respaldo de Washington.

Un nuevo punto de partida

El resultado también tiene un impacto político inmediato: el Gobierno ahora cuenta con mayor poder de negociación con los gobernadores y en el Congreso. En la city se ha interpretado como una “luna de miel de corto plazo” que permitirá al Ejecutivo sostener su hoja de ruta económica, aunque negociando con el Congreso.

Desde Adcap Grupo Financiero señalaron que este resultado brinda al Gobierno una posición fortalecida para avanzar en reformas que antes parecían estancadas. Si el clima político acompaña, el oficialismo podría estructurar cambios clave para mejorar la competitividad y atraer inversiones.

El shock político que vivimos marca así un punto de inflexión. Con legitimidad reforzada y un mercado internacional que podría ser más receptivo, Argentina enfrenta la oportunidad de estabilizarse y abordar reformas de fondo. ¿Logrará el Gobierno aprovechar este envión?

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