Tensión entre el FMI y J.P. Morgan por el préstamo a Milei

En el centro de la agenda económica de Javier Milei, se encuentra un paquete de asistencia financiera de 40.000 millones de dólares con Estados Unidos. Este acuerdo incluye un swap cambiario ya firmado y un préstamo adicional de 20.000 millones, proveniente de un consorcio de bancos internacionales. Sin embargo, este proceso se halla en una encrucijada importante.

El 20 de octubre se oficializó el swap de los 20.000 millones del Tesoro estadounidense. Esto le permite al Gobierno argentino intervenir en el mercado cambiario, tratando de contener la volatilidad del peso. Pero hay un pero: el tramo bancario, liderado por entidades como J.P. Morgan y Goldman Sachs, avanza lentamente. Exigen garantías “sólidas” y esto ha generado preocupaciones en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El punto crítico de estas preocupaciones radica en la posible priorización de pagos a Wall Street, lo cual podría poner en riesgo las obligaciones que Argentina mantiene con el FMI. Los bancos estadounidenses, escarmentados por el historial de defaults argentinos, quieren seguros creíbles que reduzcan el riesgo soberano. Se habla de discutir avales directos del Tesoro de EE.UU. a través del Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF), que dispone de más de 220.000 millones de dólares en activos.

En este contexto, hay opciones que incluyen colaterales locales como flujos de exportaciones de commodities —cobre, litio o soja— o incluso una estructura de “swap de rentabilidad total”, muy similar al acuerdo que Angola hizo con J.P. Morgan por 1.000 millones de dólares respaldados en bonos.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, está involucrado personalmente, aunque un portavoz del Departamento de Tesoro indicó que los detalles del acuerdo se darán a conocer solo al final del mismo, que está programado tentativamente para la visita de Milei a Miami, del 5 al 6 de noviembre.

Recompra de deuda: el plan para disminuir el riesgo país

La presión de los bancos tiene su razón de ser. A pesar de que el riesgo país ha caído un 38% en pocos días, manteniéndose por debajo de los 650 puntos básicos, sigue siendo relativamente alto. Las reservas netas de Argentina son negativas en 11.000 millones de dólares, y hay vencimientos de 4.500 millones en bonos para enero de 2026. Este préstamo se usaría para recomprar deuda soberana, generando ahorro y alineándose con un superávit fiscal.

Sin embargo, la propuesta implica una exposición adicional para el ESF. Esto recuerda al rescate mexicano de 1995, que absorbió casi todos sus recursos, un detalle que causa recelo en el Congreso de EE.UU. Algunos legisladores, como Elizabeth Warren, cuestionan el uso de fondos públicos para ayudar a un país “volátil”.

El FMI, siendo el principal acreedor con más de 60.000 millones de dólares en deuda, ha comenzado a alzar la voz. Durante las asambleas del Banco Mundial en octubre, directivos del Fondo expresaron su preocupación sobre cómo este paquete estadounidense podría afectar la jerarquía de pagos, priorizando las obligaciones con el Tesoro de EE.UU. sobre las cuotas al FMI.

Kristalina Georgieva, la directora gerenta del FMI, enfatizó que “el apoyo bilateral debe complementar, no competir, con los programas multilaterales”. Esta definición de prioridades puede ser más que técnica, podría afectar las reglas del FMI que exigen igualdad en el tratamiento de deudas soberanas. Si Argentina prioriza pagos a EE.UU. por encima del FMI, podría estar cometiendo una infracción que podría retrasar los desembolsos del EFF.

Acuerdos más ajustados a las necesidades argentinas

El caso de Argentina está llamando la atención a nivel global. Analistas de instituciones como el Peterson Institute for International Economics advirtieron que esto podría incentivar a otros países emergentes a buscar rescates bilaterales, afectando el rol del FMI y comenzando una carrera por financiamiento que beneficie a EE.UU. Las tensiones se complican aún más por la influencia de Washington en el FMI, que tiene un 16,5% de los votos, lo que genera acusaciones de “doble estándar”.

Cabe destacar que, dentro del FMI, representantes europeos y asiáticos han pedido “cláusulas de no subordinación” en el acuerdo bancario. Quieren asegurarse de que cualquier garantía del ESF no comprometa la seniority de la deuda del FMI.

Fuentes del Ministerio de Economía han confirmado que las negociaciones con el FMI se han intensificado en las últimas 72 horas. Brad Setser, economista del Council on Foreign Relations, ha llamado la atención sobre los “riesgos inusualmente altos” que presenta esta situación. La depreciación del peso argentino erosiona el valor de cualquier colateral, dejando al ESF con “activos devaluados”.

Setser también ha sido crítico con la volatilidad cambiaria, señalando sus efectos en la balanza comercial. Su preocupación es clara: cualquier devaluación podría dejar al Tesoro argentino con serios problemas financieros.

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