El gobernador Axel Kicillof ha presentado un proyecto de ley ante la Legislatura de Buenos Aires, el cual propone la suspensión de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) para este año. Este cambio busca también ampliar los plazos para la presentación de alianzas, listas y boletas, un asunto que ha generado un intenso debate político en la región.
La Cámara de Diputados bonaerense se apresta a sancionar esta medida, mientras las tensiones entre el oficialismo y la oposición complican la definición de un cronograma electoral clave. Las elecciones están programadas para el 7 de septiembre, marcando un hito al celebrarse en una fecha distinta a la nacional, lo que agrega una capa de complejidad al proceso.
Desafíos en el Cronograma Electoral
El debate sobre los plazos electorales está generando fricciones tanto dentro del peronismo como con los bloques opositores. Es crucial establecer cuándo se deben inscribir las alianzas, cerrar las listas y presentar las boletas. Este tema se ha convertido en el eje central de la agenda política bonaerense.
Si se mantiene la ley vigente, el cierre de listas está previsto para el 8 de agosto, con la presentación de boletas el 18, solo días antes de los comicios. Sin embargo, tanto el gobierno como la Junta Electoral bonaerense, bajo la presidencia de Hilda Kogan, advierten que este calendario es impracticable. Con más de 15 millones de electores y más de 10,000 candidatos, cumplir con estos plazos resulta casi imposible.
Propuestas para Extender los Plazos
La Junta Electoral ha sugerido que las candidaturas se presenten 50 días antes de la elección y que los modelos de boleta se entreguen 30 días antes. Esta propuesta cuenta con el apoyo del juez federal electoral, Alejo Ramos Padilla. En este contexto, se ha convocado a una reunión entre el presidente de Diputados, Alexis Guerrera, y otros líderes legislativos para discutir esta cuestión crítica.
Sin embargo, esta situación ha generado malestar en algunos sectores legislativos, dado que ya se había programado un encuentro similar para el día siguiente. Varios legisladores de la UCR, el PRO y ciertos sectores del kirchnerismo han expresado su intención de no asistir, complicando aún más el diálogo.
Intereses Políticos en Juego
Detrás de la controversia sobre las fechas electorales se encuentran poderosos intereses políticos. Algunos sectores del oficialismo y de la oposición desean que el cierre de listas en Buenos Aires se acerque lo más posible al cierre nacional, fijado para el 17 de agosto. Este enfoque permitiría negociar candidaturas de manera simultánea, facilitando las discusiones sobre diputados nacionales y legisladores provinciales.
Por su parte, Kicillof prefiere adelantar los plazos para poder definir a sus candidatos legislativos antes de que surjan conflictos con sus aliados de Unión por la Patria. Además, busca organizar con anticipación una elección que, por primera vez, deberá llevarse a cabo sin el apoyo logístico habitual del ámbito nacional.
Un Escenario Complejo
Aún no está claro cómo se impulsará el cambio en el calendario electoral, ya sea a través de un proyecto del Poder Ejecutivo o mediante una iniciativa legislativa. Sin embargo, se anticipa que cualquier avance requerirá consensos amplios, dado que se necesitan dos tercios de los votos presentes para habilitar el debate. Con solo 37 bancas en la Cámara baja, el peronismo deberá buscar alianzas con otros bloques para alcanzar los 62 votos necesarios.
La situación se complica aún más por las presiones financieras. Kicillof busca la aprobación de un proyecto de endeudamiento por 1,200 millones de dólares para garantizar el pago de salarios y paritarias. Esta aprobación dependerá de los mismos consensos que hoy obstaculizan el nuevo cronograma electoral.
Así, mientras la suspensión de las PASO parece encaminarse, la lucha por las fechas y el financiamiento promete extenderse durante al menos dos semanas más, dejando al tiempo como un factor crítico en este escenario electoral.
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