Suspenden la Vuelta de España por enfrentamientos en Madrid

La 80ª edición de la Vuelta a España terminó de forma inesperada en Madrid. Y fue un cierre muy particular: la etapa final, que suele ser un festín de celebración en el centro, se quedó a 56 kilómetros de la meta. Todo se debió a enfrentamientos entre manifestantes propalestinos y la Policía, que llevaron a la suspensión de la jornada.

Los ciclistas, que normalmente disfrutarían del recorrido por lugares emblemáticos como Atocha, Cibeles y Gran Vía, se vieron obligados a detenerse. Las protestas generaron un clima de tensión que se tornó complicado, no solo para los competidores, sino también para los espectadores que se habían acercado a disfrutar del espectáculo.

A medida que el evento se desarrollaba, los corredores intentaron reanudar su marcha, pero se encontraron de nuevo con barricadas. La situación se volvió insostenible, lo que llevó a los organizadores a tomar la decisión de suspender la etapa, un hecho poco común en la historia de la Vuelta.

Los principales puntos de conflicto fueron en el Paseo del Prado y Atocha, donde se vivieron momentos de alta tensión. La Policía tuvo que intervenir ante el lanzamiento de objetos y la situación se tornó caótica, dejando más de veinte detenidos por desórdenes públicos en las jornadas previas.

En un evento que debería haber sido una fiesta del ciclismo, se optó por la seguridad de todos. Así que, lejos de los aplausos y las celebraciones típicas de una final, la jornada se cerró con un desenlace que nadie esperaba.

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