Simone Biles finaliza su visita a Buenos Aires con gran espectáculo
Simone Biles, una de las atletas más galardonadas de todos los tiempos, dejó una huella imborrable en su reciente visita a Buenos Aires. El jueves, brindó una clínica para jóvenes gimnastas argentinas, donde compartió su pasión y talento con un grupo de chicas que no podían ocultar su emoción. Casi 80 gimnastas, algunas integrantes del seleccionado nacional, formaron un pasillo para recibir a la estrella estadounidense en el estadio Mary Terán de Weiss, ubicado en el Parque Olímpico Roca. La ovación de las 9.000 personas presentes, en su mayoría niñas acompañadas por sus clubes de gimnasia, fue ensordecedora. Vestida de negro y luciendo su característico collar de cabra, en honor a su apodo “GOAT” (Greatest of All Times), Biles expresó su agradecimiento por el cálido recibimiento, reconociendo que no sentía tanto cariño desde los Juegos Olímpicos de París 2024.
La clínica, que tuvo una duración de aproximadamente una hora, tuvo el objetivo de que Biles, junto a su entrenador Laurent Landi, pudiera compartir su experiencia con un grupo de gimnastas de entre 8 y 12 años, pertenecientes a la Federación Metropolitana de Gimnasia y la Confederación de Gimnasia Artística. El foco de la actividad estuvo principalmente en Landi, mientras que Biles brindaba palabras de aliento y se interactuaba con el público, que se entusiasmaba cada vez que la veía mirar hacia las gradas. Comenzaron con una entrada en calor, seguido por ejercicios en los cuatro aparatos emblemáticos de la gimnasia femenina: salto, barras asimétricas, viga y suelo.
Al final de la jornada, el seleccionado nacional presentó un breve show para despedir a Biles, quien antes de irse se tomó un tiempo para responder preguntas de las jóvenes. Las consultas iban desde cómo había alcanzado los Juegos Olímpicos hasta cómo manejaba los nervios en las competiciones, además de buscar consejos sobre cómo continuar en el deporte a medida que crecieran. La campeona olímpica enfatizó la importancia del trabajo constante y, sobre todo, de disfrutar lo que se hace.
Además de este evento, Biles aprovechó su paso por la ciudad para conocer algunos de los puntos turísticos más emblemáticos, como el mirador del Obelisco, la Plaza de Mayo, Caminito en La Boca y Puerto Madero, donde admiró el Puente de la Mujer.
Reflexiones de una carrera excepcional
Este miércoles, Biles también participó de una charla motivacional, donde compartió los hitos más importantes de su trayectoria y habló sobre la importancia de cuidar la salud mental en los atletas. Abrió la puerta a un posible regreso a la gimnasia en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, una idea emocionante para sus seguidores. En París 2024, cosechó tres medallas de oro y una de plata, reafirmando su posición como una de las mejores gimnastas de todos los tiempos. Fue la tercera mujer en lograr dos veces la competencia all-around, además de ser la primera en hacerlo de manera no consecutiva.
Sin embargo, su camino no ha sido solo de éxitos deportivos. Para llegar a este nuevo logro, tuvo que superar enormes desafíos personales, especialmente tras la difícil experiencia que vivió en Tokio. En su regreso a la competencia, Biles afirmó que había mucho en juego a nivel personal y que, al finalizar, se sintió liberada.
Llegó a París con 27 años, una edad atípica para una disciplina donde la mayoría de las atletas son mucho más jóvenes. Durante la sesión de práctica, se enfrentó a un desgarro que le complicó la competencia. Aún así, Biles siguió adelante y se impuso con autoridad, llevándose a casa tres medallas de oro y una de plata. En el documental “Simone Biles: Rising”, relata cómo no podía permitir que se dijera una vez más que estaba renunciando.
En Tokio 2021, la presión sobre sus hombros era enorme, especialmente tras el retiro de leyendas como Michael Phelps y Usain Bolt. A pesar de su exitoso paso por Río 2016, donde ganó cuatro medallas de oro y una de bronce, la llegada a Tokio no fue la que esperaba. En una charla en Buenos Aires, compartió lo que vivió: “Había estado descuidando mi salud mental, estaba muy preocupada por mi físico y lo dejé de lado”.
En Tokio, experimentó un episodio conocido como “twisties”, una dificultad de coordinación que afecta a los gimnastas y puede ser peligrosa. Al decidir poner su salud mental por delante, se retiró de la final por equipos, donde, a pesar de todo, Estados Unidos ganó la medalla de plata. Como ella misma mencionó, es fundamental a veces dar un paso al costado para cuidar de uno mismo.
Desde esa experiencia, Biles se ha convertido en una referente en salud mental dentro del deporte, y durante la charla recordó que decidió hablar sobre su experiencia en un escenario tan visible como los Juegos Olímpicos para que otros pudieran identificar sus propios desafíos. Dijo: “No hay que sentir vergüenza, una persona que habla de esto es una persona fuerte, con coraje”.
Tras sus declaraciones, el tema de la salud mental tuvo un gran eco durante los Juegos de Tokio. “La mayoría de la gente no puede sentirse identificada con ganar medallas, pero sí entiende de salud mental, porque es un tema que todos atravesamos. Si puedo ayudar con eso, sobre todo a los chicos, eso es lo que haré”, destacó.
Biles ha superado su experiencia en 2021 y, para no despedirse de manera negativa del olimpismo, ha decidido volver a intentarlo en París 2024. Con su trayectoria, ha dejado claro que siempre podrá mantenerse en la élite de su deporte, que se transformó desde su irrupción en 2013, llevando a sus rivales a superarse constantemente. A lo largo de su carrera, ha cosechado 11 medallas olímpicas y 23 títulos mundiales, y tiene cinco elementos gimnásticos que llevan su nombre.
Aunque actualmente no está en actividad, no descartó la posibilidad de competir una última vez en Los Ángeles 2028. “No sé qué haré en 2028, pero sé que quiero estar allí de alguna forma”, anticipó en la sede del gobierno porteño.
Ese día en el estadio Mary Terán de Weiss, el público argentino dejó en claro que todavía espera disfrutar de sus increíbles actuaciones. Se escuchaban cantos como “Una más, y no jodemos más”, haciendo evidente que el deporte no está listo para despedir a Simone Biles.