Silvia Lospennato y Cristian Ritondo se encontraron en el Congreso
La reciente sesión en la Cámara de Diputados expuso no solo una importante derrota legislativa para el Gobierno, sino también las tensiones internas dentro del PRO, el principal aliado oficialista en el Congreso. Esta vez, la atención se centró en una discusión acalorada entre Cristian Ritondo y Silvia Lospennato. Lospennato, quien se había mostrado escéptica del acuerdo electoral con La Libertad Avanza, decidió unirse a la oposición en varias votaciones, lo que generó revuelo entre sus compañeros.
El debate en la Cámara: tensiones y desavenencias
En este contexto, Alejandro Finocchiaro también se sumó al cruce de palabras, criticando a Lospennato por cambiar de postura. La atmósfera fue tensa, con muchos dirigiendo su atención al intercambio de opiniones en tiempo real.
Entre los que se distanciaron del respaldo incondicional al Gobierno estuvo María Eugenia Vidal, quien votó a favor de la ley del Hospital Garrahan pero se abstuvo en la de financiamiento universitario.
Un cruce de palabras que no pasó desapercibido
Antes de la votación decisiva, Finocchiaro tomó la palabra para hacer una reflexión sobre el funcionamiento del Parlamento. Comparó la dinámica de la Cámara argentina con la del Parlamento británico, sugiriendo que en un sistema con gradas, sería más fácil para los diputados cruzar de bando según sus convicciones. Agregó que sería maravilloso que ciertos colegas se unieran a lo que él llamó “la alegre banda populista” que busca socavar al Gobierno.
A su turno, Lospennato también hizo sentir su voz. Comenzó afirmando que era importante mostrar que no todos pensaban igual, resaltando su derecho a votar de acuerdo a sus convicciones. “No te voy a permitir que me digas kirchnerista porque no voto como vos querés”, dejó claro mientras el intercambio se intensificaba.
Durante el debate, el enfrentamiento entre Lospennato y sus colegas se tornó bastante visible, con gestos de reproche y gritos que reflejaban las fracturas dentro del bloque opositor. Fue un claro ejemplo de cómo las políticas pueden dividir incluso a los que supuestamente están en el mismo bando.