Se expande la lista de empresas que abandonan Argentina
La economía argentina sigue en un mar de complejidades, y las grandes multinacionales están sintiendo el peso de la situación. En los últimos meses, muchas han optado por salir del país o vender sus activos locales, afectando a sectores clave como el consumo masivo, la salud, los medios de comunicación, la industria automotriz y el retail. Aunque este fenómeno no es algo nuevo, se ha intensificado desde que Javier Milei asumió la presidencia. La caída del consumo, los altos costos operativos y la incertidumbre están haciendo que las empresas reevalúen sus opciones.
Nuevos protagonistas de la retirada
En las últimas semanas, han surgido noticias impactantes. Burger King, que opera en Argentina bajo el grupo mexicano Alsea, ha decidido poner a la venta su negocio, que cuenta con más de cien locales. Están trabajando con BBVA para llevar a cabo este proceso. Aunque la marca seguirá en el país con otro dueño, su decisión refleja un cambio claro: ya se habían enfocado en Starbucks como su principal apuesta en la región. Están en diálogo con actores como el grupo DGSA, Inverlat y otros fondos de inversión que podrían estar interesados.
En salud, Swiss Medical se hizo con el control total de Diagnóstico Maipú, una de las principales redes de diagnóstico en Argentina, que antes pertenecía al grupo brasileño Dasa. Este traspaso es significativo, ya que devuelve a manos argentinas una empresa que había sido internacionalizada.
El sector de medios también ha estado movido. Paramount anunció su salida del país y la venta de Telefé, un canal muy conocido que continuará operando bajo un nuevo propietario. Esta decisión forma parte de una estrategia global para concentrar recursos en mercados más rentables, como Estados Unidos.
Carrefour, el segundo retailer más grande del país, está en proceso de venta de más de 600 locales. La cadena francesa ha recibido varias ofertas de grupos locales e internacionales, y se espera que haya noticias al respecto en poco tiempo. Este movimiento se perfila como uno de los más relevantes del sector supermercadista en años recientes.
Incluso finanzas menos rimbombantes, como InterCement, que es dueña de Loma Negra, están dejando el país. Además, Magnera, un fabricante estadounidense de textiles, cerró su planta en Pilar, debilitando aún más el mercado laboral con la pérdida de 60 empleos.
Un proceso que abarca múltiples sectores
Todo esto se enmarca en una dinámica más amplia que ha tenido sus picos en los últimos años. En la industria automotriz, Nissan dejó de fabricar en Argentina, cambiando su estrategia a importador, y Mercedes-Benz pasó su operación local al Grupo ST, concentrando su producción en Brasil.
En el ámbito del consumo masivo, la estadounidense Clorox, dueña de marcas como Ayudín y Poett, vendió su división a Apex Capital, que incluye fábricas en Buenos Aires y San Juan. Procter & Gamble también vendió su operación a Newsan, lo que le permite a este último entrar en el negocio del consumo masivo.
La tecnología no se queda atrás. Xerox vendió su negocio en Argentina y Chile al grupo local Datco, mientras que Internexa, de Colombia, realizó un traspaso similar a Silica Networks, otro conglomerado argentino.
En el sector agrícola, Nutrien decidió desprenderse del 50% de Profertil, su principal productora de urea en el país, por un rendimiento insatisfactorio. En seguros, Prudential Financial cedió su operación local a Grupo ST, marcando el fin de 25 años en Argentina.
El sector financiero no se quedó atrás: HSBC impactó al vender toda su operación en el país al Grupo Financiero Galicia por aproximadamente 550 millones de dólares, incluyendo más de 100 sucursales y 3.100 empleados.
Adicionalmente, tenemos a TotalEnergies, que transfirió a YPF sus áreas de petróleo en Vaca Muerta, aunque conservará su negocio de gas, y Raízen, que puso a la venta sus 700 estaciones de servicio Shell y la refinería Dock Sud, en una transacción estimada en 1.500 millones de dólares.
Un mapa en transformación
A pesar de que la salida de multinacionales genera inquietud, muchos de estos movimientos no implican cierres definitivos. En lugar de eso, se trata de traspasos de activos a manos locales o regionales. En muchos casos, las marcas seguirán existiendo y los puestos de trabajo permanecerán, aunque con nuevos dueños.
Lo que estamos viendo es un doble movimiento: por un lado, las grandes corporaciones globales buscan salir de Argentina para enfocarse en mercados más rentables y predecibles; por el otro, grupos argentinos están encontrando oportunidades para crecer. Newsan, Swiss Medical, Galicia, DGSA, Inverlat y Apex Capital son algunos de los que están tomando terreno en sectores que antes estaban bajo el dominio de capitales extranjeros.
Sin embargo, hay un mensaje claro hacia el exterior: Argentina está perdiendo atractivo como destino para la inversión a largo plazo. Las dificultades para girar dividendos, junto a los altos costos impositivos y la inestabilidad económica, pesan en las decisiones de las corporaciones, que antes consideraban al país un mercado estratégico.
Un fenómeno en marcha
La retirada de multinacionales parece no tener fin. La mezcla de caída del consumo interno, inestabilidad cambiaria y un entorno regulatorio incierto alimenta la ola de decisiones de venta o salida. Muchos analistas hablan de un proceso de “argentinización” de los activos: estamos viendo un desplazamiento de jugadores globales de la cancha y el ascenso de grupos locales que buscan consolidar sus posiciones.
A pesar de lo que se diga en discursos oficiales sobre favorecer los negocios, la realidad es que la lista de empresas que se están yendo o planean hacerlo sigue creciendo. No se trata solo de salvar marcas conocidas; está en juego el futuro productivo y de servicios de la economía argentina en el mediano plazo.