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SanCor en la cuerda floja: un mes decisivo para su futuro

La cooperativa SanCor se encuentra en una situación crítica, enfrentando un momento clave en su proceso concursal. A medida que se acerca el 29 de mayo, fecha límite para que los acreedores presenten la documentación necesaria para la verificación de créditos, la incertidumbre sobre su futuro aumenta. Se estima que el pasivo total podría superar los u$s400 millones, aunque aún no se dispone de una cifra exacta.

Este proceso es seguido con gran atención por diversos actores del sector lácteo y financiero, quienes esperan que el cierre de esta etapa permita atraer a posibles inversores o, al menos, definir un camino para evitar la quiebra. Recientemente, se ha informado que un banco extranjero podría convertirse en uno de los principales acreedores de SanCor, aunque esto no implica un interés en adquirir la empresa.

SanCor no solo tiene una planta paralizada sino que también está en el mínimo de producción histórico. 

Crisis operativa y producción mínima

La situación de SanCor se ha deteriorado notablemente. Actualmente, la cooperativa procesa entre 50.000 y 60.000 litros de leche diarios, un número alarmantemente bajo en comparación con los 4 millones de litros que alcanzaba en su mejor momento. La planta de La Carlota, crucial para la producción de quesos duros, permanece cerrada desde el 6 de enero.

Además, la reducción de personal ha sido drástica; de 1.350 trabajadores hace un año, ahora quedan alrededor de 850, debido a retiros voluntarios, despidos y jubilaciones. A pesar de estos ajustes, la cooperativa no logra estabilizar sus operaciones y requiere una inversión significativa en materia prima y tecnología para recuperar la competitividad.

Concurso Clase A y riesgo de quiebra

El concurso de SanCor está radicado en el Juzgado Civil y Comercial de la Cuarta Nominación de Rafaela, bajo la supervisión del juez Guillermo Vales. Este ha calificado el caso como concurso de Clase A, lo que implica una sindicatura plural para supervisar el proceso. Además del 29 de mayo, se ha fijado el 1 de julio como fecha límite para las impugnaciones de los créditos verificados.

El objetivo del juez es evitar que SanCor opte por la quiebra, permitiendo la posibilidad de una venta directa sin necesidad de un remate judicial. Algunos acreedores están considerando formar un consorcio de representación común para fortalecer su posición en futuras negociaciones. Mientras tanto, la cooperativa sigue buscando inversores privados, aunque sin resultados concretos hasta el momento.

Intentos de rescate y promesas incumplidas

Este no es el primer intento por salvar a SanCor. En los últimos años, se han explorado diferentes modelos de rescate, incluyendo acuerdos fallidos con grupos de empresarios y negociaciones con fondos de inversión y capitales extranjeros. La falta de consenso entre los involucrados y dudas sobre el pasivo real han socavado cada una de estas iniciativas.

Con la presión del tiempo, mayo se presenta como un mes crucial: si no se logran avances significativos, la cooperativa podría enfrentar un colapso definitivo, incrementando el riesgo de quiebra.

La situación de SanCor es un claro reflejo de los desafíos que enfrentan muchas cooperativas en el sector lácteo. Con un futuro incierto, la atención está centrada en cómo se desarrollarán los acontecimientos en las próximas semanas. Las decisiones que se tomen podrían determinar el destino de esta emblemática cooperativa argentina.

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