La Federación Internacional del Automóvil (FIA) atraviesa una profunda crisis institucional tras la renuncia sorpresiva de su vicepresidente, Robert Reid. Este expiloto de rally ha expresado su descontento hacia el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, lo que ha desatado una serie de tensiones en la organización.
En un comunicado publicado en su cuenta oficial de X, Reid destacó que asumió su cargo con la intención de promover la transparencia y un liderazgo colaborativo, principios que, según él, se han desvanecido con el tiempo. Ya no puedo, de buena fe, seguir siendo parte de un sistema que ya no refleja esos valores, afirmó.
Conflictos de Gestión y Críticas
Desde su llegada en diciembre de 2021, Reid había intentado establecer un liderazgo más inclusivo. Sin embargo, la relación con Ben Sulayem se ha deteriorado, especialmente por decisiones polémicas, como sancionar a pilotos por comentarios inapropiados o declaraciones políticas durante eventos oficiales. Estas medidas han sido vistas como un intento de censura, generando descontento entre los miembros de la FIA.
Reid subrayó que su decisión de renunciar no fue fácil, pero que permanecer en el cargo significaría comprometer sus convicciones. El automovilismo merece un liderazgo basado en la integridad, la responsabilidad y el respeto por los procesos. Ese es el estándar mínimo que todos deberíamos esperar y exigir, añadió.
Repercusiones de la Renuncia
La renuncia de Reid revela una creciente insatisfacción con el estilo autoritario de liderazgo de Ben Sulayem. Esta situación ha desatado protestas contra su gestión y ha puesto en evidencia las tensiones internas dentro de la FIA. La aparente concentración de poder contradice las promesas iniciales del presidente de no intervenir y ser transparente, lo que está provocando un clima de incertidumbre en el automovilismo mundial.
La crisis en la FIA podría tener repercusiones significativas en la organización, afectando la confianza de pilotos, equipos y aficionados en la gestión del deporte. Con un liderazgo en crisis, el futuro del automovilismo podría verse comprometido si no se establecen mecanismos de gobernanza más efectivos y transparentes.
