Reino Unido, Canadá y Australia reconocen a Palestina oficialmente
El Reino Unido, Canadá y Australia han dado un paso histórico al reconocer oficialmente al Estado palestino. Esta decisión se produce en un contexto complicado, marcado por la guerra en Gaza y una creciente presión internacional para encontrar una solución de dos Estados. La reacción de Israel no se hizo esperar, con el gobierno de Netanyahu denunciando lo que considera una “recompensa al terrorismo”.
El cambio de las potencias del G7
Reino Unido y Canadá se convierten así en los primeros países del G7 en tomar esta medida, justo un día antes de una cumbre copresidida por Francia y Arabia Saudita en la ONU. Durante este encuentro, se espera que varios países más sigan sus pasos y reconozcan a Palestina como un Estado.
Cambio en la política exterior del Reino Unido
Históricamente aliado de Israel, el Reino Unido ha modificado décadas de política exterior con este reconocimiento. El primer ministro Keir Starmer expresó que el objetivo es “revivir la esperanza de paz entre palestinos e israelíes y buscar una solución de dos Estados”. Por su parte, Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Palestina, celebró la decisión y la consideró un avance necesario para alcanzar una paz justa y duradera.
Reacciones de Canadá y Australia
Simultáneamente, el primer ministro canadiense, Mark Carney, afirmó que Canadá “reconoce al Estado de Palestina” y ofrece su apoyo para construir un futuro pacífico para ambos Estados. Australia también respaldó la decisión, con Anthony Albanese subrayando que su país reconoce las aspiraciones del pueblo palestino de tener su propio Estado.
Netanyahu rechaza el reconocimiento internacional
En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue contundente al afirmar que “no habrá un estado palestino”, después de la iniciativa de Reino Unido, Canadá y Australia. En un video dirigido a los líderes que apoyan el reconocimiento, subrayó que están, en su opinión, “entregando una enorme recompensa al terrorismo”. Esto demuestra la tensión y las diferentes visiones sobre el futuro en la región.
Este es un momento clave en la política internacional que podría marcar el rumbo de las relaciones en el Medio Oriente.