Quién es Angelo Becciu: el Cardenal Condenado que Peleará por Votar
Una vez influyente como jefe de personal del Vaticano y considerado un posible candidato al papado, Becciu cayó en desgracia en 2020. El papa Francisco lo obligó a renunciar a su cargo tras acusaciones de mala gestión financiera. Aunque el purpurado niega haber actuado mal, fue condenado en diciembre de 2023 a cinco años y medio de prisión. Actualmente, está apelando la sentencia mientras asiste a las reuniones previas al Cónclave.
Según informes del Vaticano, Becciu habría recibido diferentes cartas firmadas por Francisco pidiéndole que no participe en el Cónclave. Esto ha generado tensión entre los cardenales, con reportes de periodistas preguntando si Becciu será admitido en la Capilla Sixtina, aunque hasta ahora no se ha tomado ninguna decisión. A sus 76 años, está por debajo del límite de 80 y, técnicamente, debería votar, pero las estadísticas oficiales del Vaticano lo clasifican como no elector.
Becciu, tras su renuncia, había afirmado que no votaría, pero en los últimos meses ha cambiado su postura, sosteniendo que tiene derecho. Los abogados canónicos están analizando el documento Universi Dominici Gregis, que establece que solo aquellos canónicamente depuestos o que con el consentimiento del Romano Pontífice han renunciado al cardenalato no pueden votar. La falta de claridad sobre su renuncia complica aún más la situación.
Además, la prensa italiana ha revelado que Becciu recibió dos cartas firmadas por Francisco pidiéndole que no participe en el Cónclave, aunque se desconoce la validez de estos documentos. La posibilidad de un voto irregular que invalide la elección preocupa profundamente al Vaticano.
Consultado sobre el tema, Matteo Bruni, director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, declaró que se discutió el tema pero no hubo resolución. Mientras tanto, las críticas al proceso judicial contra Becciu continúan, señalando que el testigo principal fue manipulado y que el papa Francisco habría intervenido en favor de los fiscales.
La apelación de Becciu comenzará en septiembre, mientras el Vaticano navega esta crisis a días de una de sus decisiones más importantes.
