Provincias muestran obra pública y marcan diferencia con Milei

En medio de un enfrentamiento constante con el gobierno nacional, los gobernadores están reshaciendo su estrategia al presentar obras públicas. Intentan mostrar una gestión activa frente a la administración de Javier Milei, que tiene congelados distintos proyectos en todo el país. En las últimas semanas, varios mandatarios han reactivado iniciativas, enfocándose en aquellas que quedaron estancadas por la decisión del gobierno libertario. Rutas, centros de salud y viviendas son algunos ejemplos de estas obras en marcha.

La paralización de estos proyectos es una de las principales causas de tensión entre las provincias y la Nación. Muchos de estos planes de infraestructura ya tenían un elevado grado de avance y quedarán como un sello de la era Milei. Con múltiples pedidos para que se traspasen estos servicios, las provincias están corriendo contra reloj para finalizar las obras con sus propios recursos.

Reactivación de proyectos en Córdoba y Salta

Esta semana, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, inauguró los trabajos para completar la autovía de la Ruta Nacional 19. Se hará en los tramos que el gobierno nacional dejó inconclusos, entre Arroyito y Santiago Temple. La inversión asciende a 67 millones de pesos, financiados totalmente con recursos de la provincia. Llaryora expresó con entusiasmo: “Vamos a transformar la ‘ruta de la muerte’ en la ruta del progreso, de la paz y del desarrollo”.

Durante su discurso, el gobernador dejó claro que esta decisión marca una diferencia con la política de Javier Milei. “Queremos que todos los cordobeses sepan que estamos listos para invertir en obras estratégicas e indispensables”, afirmando que en Córdoba, el equilibrio fiscal debe servir para mejorar la vida de la gente.

A pesar de que el financiamiento de esta obra debería provenir del gobierno nacional, Córdoba ha decidido avanzar por su cuenta. Llaryora no ocultó su descontento al mencionar la falta de atención de tres gobiernos nacionales. “No es justo que la provincia meneje sola este esfuerzo, pero no vamos a detenernos”, enfatizó.

Por su parte, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, también ha puesto en marcha proyectos por su cuenta. Este martes, revisó el avance de la Ruta Nacional 50 y resaltó que, en su provincia, el esfuerzo colectivo ha llevado a cabo más de 2.500 obras con un enfoque federal. “La gente no puede esperar a que en Buenos Aires se acuerden de nosotros”, apuntó. Además, firmó el “Pacto Todos por Salta”, con más de 200 representantes de la sociedad civil, reclamando recursos para la obra pública.

Iniciativas en Santa Fe y Chubut

La historia no es diferente en Santa Fe. La vicegobernadora y candidata a diputada, Gisela Scaglia, ha supervisado la repavimentación de la Ruta 23 y ha sido clara en sus críticas hacia la administración central. “La principal diferencia con el Gobierno nacional es que nosotros hacemos las rutas, no las abandonamos”, afirmó, subrayando la necesidad de tener rutas productivas para el desarrollo provincial.

En Chubut, el gobernador Ignacio Torres ha destacado la apertura de sobres para repavimentar la Ruta Nacional 3 en Comodoro Rivadavia, también con fondos provinciales. Torres indicó que, aunque es una cuestión nacional, su provincia no se quedará quieta: “Debemos gestionar y golpear las puertas necesarias para que las cosas se hagan bien”.

Situación en Buenos Aires

En la provincia de Buenos Aires, la situación es un poco más complicada. El gobernador Axel Kicillof ha estado pidiendo a Casa Rosada el traspaso de varios proyectos que podrían finalizarse con fondos propios. Según su ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, el presidente ha frenado mil obras y desviado recursos destinados por ley a infraestructura. Esta situación ha llevado a que el 29% de las rutas de la provincia estén en mal estado y no se haya construido un solo kilómetro nuevo.

Así, mientras algunos gobernadores avanzan por su cuenta, otros siguen batallando por lo que consideran derechos fundamentales en infraestructura. Es un panorama complejo, donde las provincias buscan hacer frente a los obstáculos y no quedar atrás en el desarrollo que sus comunidades demandan.

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