Provincias con más trabajadores y sus salarios correspondientes
La Dirección Nacional de Asuntos Provinciales (DNAP) estima que hacia diciembre de 2024, en Argentina hay un promedio de 50 empleados públicos provinciales cada 1.000 habitantes. Es un número, pero detrás de eso, hay realidades muy diferentes entre las provincias.
Por ejemplo, Tierra del Fuego se lleva la delantera con 130 empleados por cada 1.000 habitantes. La siguen La Rioja con 114, Catamarca con 106, Neuquén con 105 y Santa Cruz con 104. En el otro extremo, con un menor empleo estatal, están Córdoba con 33, Buenos Aires con 37, Santa Fe con 42 y Mendoza con 44. ¡Una verdadera brecha!
Esto significa que las provincias más fortalecidas por el Estado como empleador triplican e incluso cuadruplican la cantidad de trabajadores públicos en comparación con aquellas que son más privadas.
Las razones de estas diferencias son tanto estructurales como políticas. Según un análisis de Ecosur, hay elementos que influyen, como la densidad poblacional y la estructura productiva, así como las decisiones de política pública tomadas a lo largo del tiempo.
Salarios y gasto en personal: una brecha aún más profunda
Las diferencias no son solo sobre cantidad, sino también sobre gastos y salarios en el sector público. Para 2024, Neuquén, Tierra del Fuego y Santa Cruz son las provincias que más gastan en personal per cápita. En contraste, provincias como Buenos Aires, Mendoza, Santiago del Estero y Córdoba quedan rezagadas con menores erogaciones por habitante.
Las cifras son asombrosas: las provincias con menos gasto destinan menos de un millón de pesos anuales por habitante, mientras que las de la Patagonia superan o triplican esa cifra. Ecosur hizo un cálculo sobre el costo laboral promedio de cada administración provincial, y aunque los números incluyen otros conceptos que dificultan una comparación directa con los salarios, nos dan una idea del ingreso medio en el empleo estatal.
Según el análisis, Neuquén y Santa Cruz están a la cabeza con gastos promedios de $3,1 millones y $2,8 millones por empleado al mes, respectivamente. Les siguen la Ciudad de Buenos Aires con $2,3 millones, Chubut con $2,2 millones y nuevamente, Tierra del Fuego con $2,2 millones.
“Hablando de gastos, Neuquén, Tierra del Fuego y Santa Cruz combinan altos costos laborales con una gran cantidad de personal, lo que las posiciona entre las provincias con mayor gasto público relativo a su población”, destaca Ecosur.
En la vereda opuesta están La Rioja con $1,1 millones, Jujuy con $1,2 millones, San Luis con $1,3 millones y Santiago del Estero con $1,4 millones, mostrando así los costos laborales más bajos del país.
“Todas estas provincias tienen un nivel de empleo público superior al promedio nacional, pero sus remuneraciones son notablemente más bajas. La Rioja y Jujuy, en particular, tienen el segundo y séptimo lugar en cantidad de empleados públicos por habitante”, aclara el informe.
El crecimiento del empleo público
El empleo público provincial ha tenido un crecimiento constante aunque moderado en la última década. Desde 2012, el número de trabajadores del sector aumentó un promedio del 1,2% anual, un poco más que el crecimiento de la población que es del 0,9%.
La situación a nivel nacional fue más influenciada por decisiones políticas. Durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, los empleados nacionales aumentaron un 34%. Luego, bajo Mauricio Macri, la cifra se redujo un 10%. Con Alberto Fernández creció un 4%, mientras que durante el gobierno de Javier Milei, se contrajo un 16%.
Aunque los números del empleo provincial no variaron drásticamente con estos cambios políticos, el gasto en personal sí se vio afectado. Se alcanzó el nivel más alto de gasto durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, con un crecimiento acumulado del 20%. Luego, bajo Alberto Fernández avanzó un 4%, cayó un 11% con Mauricio Macri y un 15% en el primer año de Milei, un descenso que se reflejó en el gasto total de las provincias.
A nivel nacional, el costo laboral se mantuvo relativamente estable durante el segundo mandato de CFK pero disminuyó drásticamente entre 2015 y 2020. Tras la pandemia, tuvo un repunte del 32% hasta diciembre de 2023, aunque en 2024 volvió a decrecer un 21%.
En las provincias, este indicador creció un 11% entre 2011 y 2015, pero luego comenzó a descender. Para diciembre de 2024, el costo laboral promedio era un 15% menor al de diciembre de 2011 en general, y 40% inferior en la Administración Nacional. Esto se alinea con la caída del salario real del sector público, que, según el Índice de Salarios del Indec, refleja una pérdida del 39% desde 2011, muy por encima del 23% en el salario privado formal.