Protestas en Portugal contra reforma laboral movilizan a millones
Más de tres millones de personas salieron a las calles en Portugal para protestar contra el polémico proyecto de reforma laboral llamado “Trabajo XXI”, impulsado por el primer ministro, Luis Montenegro. La Confederación General de los Trabajadores Portugueses (CGTP) organizó una marcha masiva en contra de esta legislación, considerada por muchos como un ataque a los derechos laborales.
El proyecto, que comparte algunos puntos con las propuestas de Javier Milei en Argentina, busca, según el gobierno, mejorar la competitividad del mercado laboral y aumentar la productividad. Sin embargo, ha sido recibido con fuerte rechazo. Tiago Oliveira, secretario de la CGTP, comentó que la multitudinaria protesta es un mensaje claro sobre la necesidad de “mejores salarios y más derechos”. La jornada fue vista como un “éxito” y una respuesta contundente a lo que muchos consideran una agresión hacia los trabajadores.
Aunque la propuesta se presentó en julio, las críticas y las manifestaciones han ido en aumento. En noviembre, miles ya se habían movilizado en Lisboa, pero la cifra de tres millones en esta última marcha es impactante, considerando que Portugal tiene una población de apenas 10,3 millones de habitantes.
La reforma y sus implicaciones
El proyecto de Montenegro incluye la creación de un sistema de “banco de horas laborales”. Esto permitiría que, mediante un acuerdo entre empleador y empleado, se establecieran cuántas horas se puede trabajar por día. Pero aquí está el problema: podría facilitar que la jornada laboral se extienda hasta dos horas adicionales diarias, alcanzando un total de 50 horas por semana y un máximo de 150 horas al año que serían “trabajo gratuito para los empresarios”.
Además, incluye cambios en la flexibilidad de horarios para padres de niños con discapacidades o enfermedades crónicas. Según la reforma, estas flexibilidades pasarían a depender del “ajuste al funcionamiento de la empresa”, lo que suscita una gran preocupación entre los padres trabajadores.
El gobierno asegura que las reformas buscan una mayor flexibilidad en el mercado laboral. Sin embargo, Montenegro, en la Asamblea Nacional, afirmó que la huelga es “política” y que quienes participan son aquellos que “jamás llegaron a un acuerdo y no quieren un acuerdo”. El desacuerdo creciente muestra que la lucha por los derechos laborales sigue viva y es más relevante que nunca, tanto en Portugal como en otros lugares.