Productores expresan dudas sobre el precio de la soja local

La retención de impuestos es un tema delicado que ha generado bastante conversación entre productores y analistas. Ariel Tejera, un especialista de Grassi S.A., lo dejó claro al decir que esta carga es realmente injusta para los productores locales y debería reconsiderarse. Según él, la suspensión temporal de las retenciones trajo beneficios inmediatos para todos.

Tejera también comentó que el Gobierno tomó una decisión arriesgada al sacrificar parte de la recaudación fiscal para atraer un mayor flujo de dólares y estabilizar el mercado, especialmente en un momento de tanta volatilidad preelectoral. Al reducir un impuesto, aunque sea de forma transitoria, todos los involucrados pueden salir ganando.

Un punto clave que mencionó fue el impacto positivo en la capacidad de pago del sector exportador. La eliminación de los derechos de exportación, incluso que sea por unos pocos días, permitió a los productores obtener precios más altos. Este efecto podría prolongarse más allá de octubre, beneficiando a muchos en la cadena.

Tejera también advirtió que, aunque los precios podrían mantenerse, existe un riesgo financiero para los exportadores. Estos ingresaron dólares, pero ahora deben cumplir con las declaraciones de ventas y eso implica costos adicionales. Habrá que seguir de cerca cómo esto afectará su capacidad de pago en el futuro. Es un balance complicado, donde todos están interconectados.

Por otro lado, Pablo Adreani, analista de mercados, destacó que hubo un fuerte componente internacional en esta situación. La presión del gobierno estadounidense fue crucial. El secretario de Estado Scott Bessent condicionó el préstamo de 20 mil millones de dólares a la eliminación de la suspensión de las retenciones. La Asociación Americana de la Soja buscó que no se apoyara a un país que compite en la exportación de soja a China.

Por fortuna, China empezó a importar soja y harina argentinas este año, lo que generó un mensaje geopolítico claro hacia Washington. Esto hizo que la decisión de restablecer impuestos en Argentina se acelerara.

Adreani resaltó que los exportadores jugaron un papel importante al alcanzar rápidamente el cupo de 7.000 millones de dólares, aunque con un riesgo financiero elevado. Con el cierre del beneficio, Argentina volvió a un esquema de retenciones del 26% para soja, 24,5% para harina y aceite, y 9,5% para maíz y trigo. Esto llevó a una caída en los precios, que se habían incrementado por la eliminación temporaria de impuestos.

Ahora, los productores deben analizar si venden a precios que ya no son tan atractivos o si esperan a que los exportadores vuelvan a ofrecer mejores valores. Adreani también comentó que el error del Gobierno fue no limitar las declaraciones a 180 días, dejando a los productores inseguros sobre qué precio recibirán por su soja.

Dólares urgentes y control del tipo de cambio

Sin embargo, a pesar de los debates sectoriales, la medida cumplió el objetivo del Gobierno: acelerar la entrada de dólares y darle aire al Banco Central. En solo 72 horas se aseguraron 7.000 millones de dólares en declaraciones de ventas, fortaleciendo las reservas y enviando un mensaje positivo al mercado cambiario.

Visto el contexto de alta volatilidad preelectoral, la Casa Rosada logró lo que buscaba: estabilizar el valor del dólar. Sacrificaron parte de la recaudación, pero a cambio obtuvieron un respiro político y financiero en un momento crítico.

Lo que se viene: expectativas en el mercado de granos

Con las retenciones de exportación de vuelta, ahora todos los ojos están en cómo se comportará el mercado. Los productores se enfrentan a la difícil decisión de vender a precios que ya perdieron parte de su atractivo o esperar mejores ofertas.

Los exportadores, por su parte, deberán cumplir con las compras de la mercadería comprometida en un contexto de costos en aumento. La clave será encontrar un equilibrio en esta tensión.

Los precios podrían mantenerse, aunque con límites financieros. Es poco probable que se recupere el salto de 60 dólares que se dio rápidamente, así que la incertidumbre será la tónica predominante.

En este tipo de situaciones, la previsibilidad es fundamental. Las medidas de corto plazo pueden resultar efectivas, pero no alteran la lógica del negocio. En un país con una historia de políticas cambiantes para el agro, la experiencia de esta semana sirve más como recordatorio de la fragilidad que como un cambio estructural.

En el plano internacional, con la disputa entre Estados Unidos y China en el fondo, es fundamental que la política agroexportadora argentina tenga en cuenta no solo lo que sucede en Argentina, sino también las dinámicas en Washington y Pekín.

A pesar de todas estas tensiones, el Gobierno logró fortalecer reservas y controlar el valor del dólar en pleno periodo electoral. Este era el objetivo y, hasta ahora, se ha cumplido.

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