Productores de vino advierten sobre la crisis en el mercado de la uva

La situación en el sector vitivinícola en Mendoza está en un punto crítico. La Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) lanzó un fuerte llamado de atención, advirtiendo que miles de familias vitivinícolas están al borde de la desaparición. En un comunicado reciente, la AVM destacó que los costos han aumentado desproporcionadamente, mientras que el valor de la uva ha caído en comparación con el año pasado. Además, las bodegas están pagando precios que no cubren los costos de producción.

Entre enero y septiembre de este año, las exportaciones de vino disminuyeron un 6,3%. Es un panorama complicado, porque quienes producen la uva enfrentan serios desafíos. La AVM, presidida por Eduardo Córdoba, enfatizó que estamos viviendo una de las crisis de rentabilidad más graves en décadas.

Los productores pequeños, medianos y grandes están sintiendo la presión. La AVM señaló que factores como los altos impuestos y la falta de apoyo estatal están llevando a muchos viñateros a la ruina. “La ecuación del productor primario ya no cierra”, afirmaron. Con costos que se dispararon en aspectos vitales como la mano de obra, agroquímicos y transporte, parece que las cosas sólo empeoran.

En el día a día de este sector, el impacto es palpable. En algunas zonas, las fincas están siendo abandonadas, los trabajadores están perdiendo sus empleos y las familias enfrentan un futuro incierto. La vitivinicultura era un camino de vida, y esa realidad se está desmoronando. Más de 100.000 trabajadores rurales están en riesgo, tanto temporales como permanentes.

Los números son alarmantes: la energía y el riego aumentaron más del 100%, el costo de la mano de obra se disparó un 115%, y los fletes subieron un 95%. Se informa que el esquema tributario es confiscatorio, llevándose el 57,1% del rendimiento de una finca. Todo esto trasciende lo económico; se trata de una crisis que toca el tejido social de Mendoza. Cuando el viñatero no puede más, repercute en toda la comunidad: escuelas, negocios, cultura.

Si queremos que Mendoza siga siendo reconocida como la capital mundial del vino, es fundamental cuidar a quienes producen la uva. La AVM dejó claro que sin ellos, no hay vino, y sin vino, se ve afectado todo, desde el turismo hasta la economía regional.

El contexto de venta también es preocupante. Los últimos datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) muestran que entre enero y agosto de este año, el volumen de vino despachado cayó un 3,5% respecto al mismo período del año pasado. Aunque el vino tinto mostró una leve mejora, el blanco sufrió una baja del 13,1%, lo que afectó directamente el desempeño del sector en general.

Desde enero hasta septiembre, las exportaciones también reflejan una baja, con envíos totales disminuyendo en un 6,3%. Esto se debe en parte a un consumo local caído y precios estancados en el exterior, lo que ha llevado a muchas bodegas a operar con márgenes mínimos o negativos.

Así es como, en el día a día del argentino común, vemos como la industria del vino enfrenta no solo retos, sino una nueva realidad que podría cambiar la historia vitivinícola de nuestra tierra.

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