Primeros datos de agosto señalan freno económico en recesión

El enfriamiento de la economía se ha intensificado en agosto, según los primeros datos que nos llegan de distintos sectores. Esta tendencia sigue la caída que ya se había observado en julio, en un entorno marcado por la volatilidad en las tasas de interés y el dólar. Las cosas han empeorado en las últimas semanas, debido a las restricciones monetarias impuestas por el equipo económico. Desde abril, no se ven signos de recuperación, mientras el Gobierno se enfoca en controlar el tipo de cambio a medida que se acercan las elecciones.

En su último informe, Empiria mencionó que la salida abrupta del esquema de LEFIs ha causado dos meses de extrema volatilidad y tasas muy altas, lo que ha elevado notablemente el costo de anticipos a empresas y de pases del Banco Central. Por su parte, Equilibra también se pronunció de forma similar, sugiriendo que desde agosto se tiene una perspectiva más negativa en comparación con julio, debido al endurecimiento de la política monetaria. Esto los lleva a prever una “caída desestacionalizada en la actividad” para lo que queda del año.

Semáforo de la economía en rojo durante agosto

A nivel sectorial, se supo que la actividad económica en la provincia de Buenos Aires sufrió su sexta caída semanal consecutiva, acumulando una contracción del 1,4% en agosto, según el índice PulsoPBA del Banco Provincia. En el sector del consumo, la Cámara de Comercio de Córdoba registró una disminución del 3% en la venta de unidades y del 9% en la rentabilidad en comparación con el mes anterior. De hecho, el ticket promedio en agosto se ubicó en $103.400, una cifra inferior a los $122.300 de julio.

En cuanto a la recaudación, LCG refiere que los impuestos vinculados al consumo interno mostraron un “tímido crecimiento”. Por ejemplo, el IVA DGI creció 1% en términos reales, marcando el noveno mes consecutivo en alza, aunque está desacelerándose comparado con el 6% de los tres meses previos. Lo mismo ocurre con los créditos y débitos, que han aumentado un 2% real anual, frente a un 6% en el trimestre anterior.

El dato curioso fue el impuesto a los combustibles, que creció un 47% interanual en términos reales. Sin embargo, LCG aclara que esto no necesariamente se debió a un aumento del consumo, sino más bien por el ajuste del impuesto y por los aumentos de precios que superaron la inflación promedio.

En el sector de la construcción, que viene siendo uno de los más golpeados desde noviembre de 2022, el consumo de cemento caía un 0,6% mensual. También, se informó que los patentamientos de autos cayeron un 3,1% y los de motos un 1%. Por otro lado, los préstamos en pesos al sector privado subieron un 2,4% desestacionalizado en comparación a julio, mientras que los créditos al consumo crecieron un 2,7%. En contraste, los préstamos comerciales cayeron un 3%, y los aportes a la seguridad social disminuyeron un 1,1%.

¿Qué puede pasar hacia delante?

Para los analistas de Empiria, alcanzar un crecimiento del 5,5% para 2025, tal como se plantea en el Presupuesto y las estimaciones oficiales, implica que la economía debe crecer a un ritmo promedio del 0,9% mensual durante el segundo semestre. Esta proyección es considerada “poco probable”.

Sugieren que si en noviembre se realizan modificaciones al régimen de bandas cambiarias, esto podría aliviar la tensión en el mercado de pesos y recuperar la dinámica de producción y consumo. Si esto ocurre, un rebote post-electoral en el último trimestre podría acercar un 4% de expansión promedio para 2025. No obstante, hacen hincapié en que esta subida sería más por efecto estadístico; el nivel de producción de diciembre de 2025 sería similar al de diciembre de 2024.

Los últimos datos oficiales de actividad son de junio, mientras que en julio, el consenso de las consultoras apunta a que la actividad cayó. Eco Go estima una baja mensual del 1%, y el Centro de Investigación del Ciclo Económico (CICEC) calculó una disminución del 0,5%.

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