Por qué esta decisión puede impactar a los mercados
Con el recorte de la Fed aún resonando en los mercados, el Banco de Japón (BoJ) está por anunciar su política monetaria esta medianoche. Aunque muchos analistas creen que mantendrán las tasas en 0,5%, la decisión se toma en un clima de tensiones políticas y económicas. La reciente renuncia del primer ministro Shigeru Ishiba y el aumento de la inflación, sumados a las consecuencias de los aranceles de EE.UU., generan un contexto complicado.
Si el Banco decide aumentar las tasas, esto podría causar un temblor en los mercados financieros globales, afectando especialmente a economías emergentes. Martín Cordeviola, analista de Portfolio Personal Inversores (PPI), comentó que un aumento en Japón es significativo por dos motivos, ambos relacionados con el movimiento de capitales.
Primero, Japón es el segundo mayor emisor de deuda soberana en el mundo. Si los inversores deciden reducir su exposición a los JGBs (bonos del gobierno japonés), esos recursos podrían buscar mejores retornos en otros lugares, como los Treasuries de EE.UU. En segundo lugar, las tasas ultrabajas del BoJ han sido históricamente una fuente de financiación para posiciones en acciones globales. Un aumento en el costo de financiamiento podría impactar negativamente en el mercado accionario.
Tasas: las dudas respecto a octubre
Un sondeo reciente de Reuters mostró que muchos economistas anticipan un aumento de 25 puntos básicos para finales de año. Sin embargo, no hay consenso sobre cuándo ocurrirá, con la atención puesta en octubre y enero.
Cordeviola destacó que algunos miembros del BoJ han mencionado la posibilidad de un ajuste, incluso en medio de la inestabilidad política actual, marcada por la renuncia de Fumio Kishida en 2024. Esto ha agregado incertidumbre sobre el rumbo económico. Dilin Wu, de Pepperstone, señaló que, aunque el mercado ya anticipa un aumento en octubre, las probabilidades son escasas. La inflación se mantiene estable y los salarios están mostrando señales de crecimiento, pero la incertidumbre política y la presión sobre las ganancias complican que esto suceda.
Takaichi: ¿la nueva primera ministra de Japón?
Si Sanae Takaichi, quien actualmente goza de buena aprobación, llega a asumir como primera ministra, su postura “dovish” podría elevar la presión sobre el BoJ para cualquier decisión que tome. Takaichi es la principal candidata en las primarias del Partido Liberal Democrático (PLD), que se celebran el 4 de octubre. Aparte de oponerse abiertamente al aumento de las tasas del BoJ, sugiere incrementar el gasto para dinamizar la economía japonesa.
Incluso si un candidato más moderado asume el cargo, el contexto sigue siendo complicado. Aumentar las tasas inmediatamente después de que el nuevo primer ministro asuma sería un desafío considerable.
Los aranceles, la inflación y los salarios
Cordeviola mencionó que en los últimos meses la inflación ha ido en aumento, actualmente se sitúa en 3,1% interanual, superando el objetivo del 2%. La dinámica inflacionaria en Japón es particular, ya que después de años con inflación muy baja o deflación, cualquier shock de precios tiende a trasladarse rápidamente a salarios y contratos.
Por otro lado, aunque los aranceles de EE.UU. sobre los automóviles japoneses se han reducido del 27% al 15%, las empresas exportadoras siguen lidiando con la presión sobre sus costos. Esto, a menudo, se traduce en una reducción de márgenes o moderación salarial. Por eso, la incertidumbre en torno al crecimiento salarial mantiene al BoJ en una postura cautelosa.
El impacto en los mercados globales
Pese al escepticismo, Wu argumentó que, si efectivamente se produce un aumento de tasas, las repercusiones globales podrían ser significativas. El BoJ podría convertirse en una de las fuerzas más poderosas para los flujos de capital globales en el año.
Dado que los mercados ya anticipan una posible flexibilización de la Fed, un aumento por parte del BoJ podría reducir la brecha de tasas entre Japón y EE.UU. Esto, a su vez, podría presionar al dólar y generar un retorno de capital a Japón, afectando los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense.
Esto podría tener un efecto en los mercados emergentes como Argentina, que podrían ser los más vulnerables. Si Japón se establece como un lugar de “rendimiento y refugio seguro” y el dólar no se deprecia frente a las monedas emergentes, podría darse un éxodo de capital hacia Japón, ampliando las diferencias globales y retirando fondos especulativos de estas economías.