Plazos y garantías: posibles escenarios a considerar
Para la analista del Peterson Institute for International Economics, Mónica de Boelli, estamos ante una situación inédita. Ella hizo una observación crítica sobre lo que dijo un funcionario de Trump: “Bessent ha mencionado que el swap no es plata, pero, claramente, es plata”.
El espejo de México
El Tesoro estadounidense ha compartido que el ESF, en el pasado, mantuvo múltiples líneas de swap después de la Segunda Guerra Mundial, en su mayoría con países latinoamericanos, aunque gradualmente fueron eliminándose.
En los años 70, solo quedó una línea de swap con México, que luego se integró al Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994. Este tratado también abarca las líneas de swap entre la Reserva Federal y el Banco de Canadá con México.
En una charla con Ámbito, la economista de Eco Go, Rocío Bisang, recordó que el antecedente más importante, por ser similar, fue el swap mexicano de 1995, que surgió en el marco de la crisis del Tequila. Este programa incluyó 9.000 millones de dólares en un swap por 90 días, junto con la posibilidad de hasta 20.000 millones de dólares en préstamos y garantías a 5 y 10 años, a tasas levemente superiores a la Libor.
El peso del swap sobre la economía
Vincient Arnold, un economista del Comité de Bretton Woods, destaca que es complicado determinar las características del acuerdo con Argentina, ya que los swaps del ESF se realizan de manera ‘ad hoc’.
Para ponernos en contexto, el monto máximo válido para el swap de México en 1995 fue de 20.000 millones de dólares, equivalente a 5,3% del PBI mexicano. Si Argentina recibe esos 20.000 millones de dólares prometidos, el swap con el gobierno de Javier Milei representaría alrededor de 3,2% del PBI argentino, lo cual se mantiene en los límites históricos.
De Boelli menciona que en ese entonces, México acababa de negociar el NAFTA, dejando a Estados Unidos sin muchas alternativas más que ayudar. En cambio, hoy podrían optar por no intervenir.
Los condicionamientos a futuro y las diferencias
Sin embargo, Bisang recordó que México tuvo que comprometerse a depositar los ingresos de Pemex en una cuenta estadounidense como colateral. Además, esto se dio en simultáneo con un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluía compromisos para reducir el déficit y realizar reformas estructurales.
Un informe de PxQ señala que aunque los casos argentino y mexicano tienen similitudes, también hay diferencias claras. “EE.UU. no rescató simplemente a México, sino que salvó a su propio sistema financiero, porque gran parte del dinero a corto plazo invertido en bonos mexicanos venía de EE.UU.”, explicaron.
En contraposición, el rescate de Argentina podría tener más motivaciones geopolíticas que económicas, ya que Trump necesita aliados en su confrontación con China en una región cada vez más inclinada a la izquierda.
Sobre este punto, los expertos de la consultora de Emmanuel Álvarez Agis argumentan que el Fondo de Estabilización Cambiaria nunca ha sufrido un default y, para sostener esta trayectoria, Argentina debería acumular reservas, permitiendo un tipo de cambio más alto.