La reciente condena a Cristina Kirchner, ratificada por la Corte Suprema, ha desatado una ola de movilización en el peronismo. La decisión judicial ha servido como catalizador para unir a diversas facciones dentro del Partido Justicialista (PJ), que, hasta el momento, había estado dividido. Este cambio de escenario ha llevado a que miles de personas se reúnan en la Plaza de Mayo, un hecho sin precedentes en la actual administración de Javier Milei.
Con una multitud que, según los organizadores, alcanzó el millón de participantes, la logística para la movilización se planificó antes de que se conociera el fallo. La pena impuesta, que incluye seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, ha llevado a figuras clave del peronismo a organizar una masiva demostración de apoyo. Entre ellos se encontraban legisladores, dirigentes gremiales y líderes de movimientos sociales, todos clamando por una unidad que, aunque momentánea, es crucial en este contexto.
Un Llamado a la Unidad
El kirchnerismo ha hecho hincapié en las similitudes entre Juan Perón y Cristina Kirchner, aunque estas comparaciones sean vistas como forzadas. La unión fue un mensaje central en la movilización, recogido por distintas corrientes dentro del PJ, incluyendo a Axel Kicillof y Sergio Massa. Sin embargo, cada uno mantuvo su propia insignia, el Movimiento Derecho al Futuro para Kicillof y el Frente Renovador para Massa.
Kicillof, rodeado de estandartes del MDF, denunció la condena como absolutamente injusta y destacó la importancia de manifestarse pacíficamente en apoyo a Cristina. Massa, por su parte, instó a la militancia a unirse en contra de Milei y a favor de una política que beneficie a los argentinos. Esta movilización fue significativa no solo por su magnitud, sino también por la diversidad de sus participantes, aunque la CGT optó por no involucrarse de manera orgánica.
El Papel de la CGT y las Futuras Alianzas
La ausencia de una participación activa de la CGT es notable, ya que la cúpula evitó involucrarse en la movilización y se limitó a emitir un comunicado tibio. Este silencio ha llevado a que otros gremios, como los metalúrgicos de la UOM, cuestionen la falta de acción de la central obrera. A medida que el peronismo no K expresa su inquietud, la unidad del PJ podría estar en juego, especialmente si La Cámpora intenta imponer directrices sin la candidatura de Cristina.
Los gobernadores, aunque distantes del kirchnerismo, han aceptado participar de esta dinámica, destacando que la convivencia entre diferentes sectores del peronismo es posible siempre que cada uno mantenga su poder en sus respectivas jurisdicciones. Las próximas fechas clave, como el 9 de julio para las alianzas en la provincia de Buenos Aires y el 19 de julio para la inscripción de candidaturas, serán decisivas para el futuro del peronismo.
Reconfiguración del Escenario Político
La decisión de la Justicia de permitir la prisión domiciliaria de Cristina, evitando la imagen de su llegada a Comodoro Py, fue un intento de desactivar la movilización. Sin embargo, el acto en la Plaza de Mayo permitió que el discurso se centrara en criticar a Javier Milei, quien ha mantenido un perfil bajo respecto a esta situación. Cristina utilizó la oportunidad para articular un mensaje opositor, destacando la pérdida del poder adquisitivo y el endeudamiento del país, y prometiendo que vamos a volver.
La tarea del PJ ahora es sostener las expectativas generadas durante la movilización, mientras Cristina permanece bajo arresto domiciliario. La unidad del partido y su capacidad para adaptarse a estos cambios serán cruciales en los meses venideros, especialmente ante un escenario electoral que se aproxima rápidamente.
La movilización en apoyo a Cristina Kirchner ha marcado un hito en la política argentina, evidenciando la capacidad del peronismo para reorganizarse en momentos de crisis. Este apoyo masivo podría tener repercusiones significativas en el futuro del partido y en la dirección política del país.
