Millonaria de la noche a la mañana, pero perdió todo por un error

Denise Rossi fue una mujer común que, en 1996, vivió un cambio drástico en su vida al ganar más de 1.3 millones de dólares en la lotería de California. Su historia es un claro ejemplo de cómo un momento de suerte puede transformarse en un verdadero caos. Aunque el sueño de muchos es ganar la lotería, a veces, una mala decisión puede convertir una fortuna en un desastre.

Después de ganar, Denise tomó una decisión sorprendente: decidió ocultar su premio a su esposo, Thomas Rossi, tras 25 años de matrimonio. En lugar de compartir su fortuna, optó por guardarla en secreto, considerando que el boleto era un regalo y, por lo tanto, su propiedad. Pero, ¿qué pudo haber salido mal?

El plan de Denise y su divorcio sorpresivo

Denise ganó el dinero en diciembre de 1996, formando parte de un premio total de 6.6 millones de dólares que tuvo que compartir con cinco colegas de trabajo. Catorce días después, el 8 de enero de 1997, solicitó el divorcio y, curiosamente, no mencionó nada sobre la lotería. Usó la dirección de su madre para comunicarse con las autoridades de la lotería, intentando mantener todo en secreto.

Sin embargo, el problema llegó cuando, durante el proceso de divorcio, omitió declarar el premio en su declaración de activos. Esto fue un gran error, ya que la ley de California exige que cualquier ganancia obtenida durante el matrimonio sea dividida equitativamente. El plan de Denise era gastar su fortuna sin levantar sospechas, pero la verdad siempre tiene una forma de salir a la luz.

La caída de una mentira

En 1999, Thomas descubrió la verdad después de recibir una carta por error, que contenía información sobre la ganancia de Denise en la lotería. Este hallazgo lo llevó a demandarla por ocultar el dinero y la situación se tornó legal rápidamente. El juez Richard Denner determinó que Denise había cometido fraude al esconder sus ganancias, ordenando que le entregara a Thomas el total de su premio en 20 pagos anuales de 66.800 dólares.

Denise intentó justificar su acción alegando que el boleto era un regalo, pero el tribunal no aceptó su defensa. Al final, su intento de ocultar la fortuna no solo la dejó sin un peso, sino que también la llenó de problemas legales. Su caso se transformó en un precedente en California, un recordatorio de que el egoísmo puede tener graves consecuencias.

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