Miles de víctimas sucumbieron a la trampa

Una red de engaños bien diseñada logró captar millones en criptomonedas y estafar a miles de personas con promesas poco realistas. El caso de OneCoin es uno de los más sonados y se convirtió en un verdadero escándalo mundial, dejando a muchos con la sensación de haber sido traicionados.

En un momento donde la tecnología avanza a pasos agigantados, las estafas digitales encuentran un terreno perfecto para proliferar. OneCoin se vendía como una opción atractiva frente a Bitcoin, prometiendo un futuro financiero brillante. Sin embargo, detrás de esta fachada había un esquema piramidal clásico, donde los nuevos inversores aportaban fondos que, en lugar de generar beneficios, solo enriquecían a unos pocos.

Desde su inicio en 2014 en Bulgaria, OneCoin captó la atención de muchos ansiosos por ganar dinero rápidamente. Esta propuesta deslumbrante ocultaba un negocio con prácticas poco éticas. La verdad salió a la luz cuando se reveló que no había una blockchain legítima ni transacciones claras, lo que generó desconfianza por parte de las autoridades.

El principal rostro del fraude fue Konstantin Ignatov, arrestado por conspiración para cometer fraude electrónico. Su hermana, Ruja Ignatova, también conocida como la “criptoreina”, sigue prófuga y enfrenta cargos graves. Los expertos dicen que OneCoin logró inflar el valor de su moneda en más de 60 veces en solo tres años, recaudando más de 3.700 millones de dólares entre 2014 y 2016. Correos filtrados de los estafadores revelaron su plan: “tomar el dinero, huir y culpar a otro”.

El caso no pasó desapercibido. Países como Alemania, Reino Unido, China y Finlandia lanzaron advertencias sobre las prácticas de OneCoin, aunque esto no detuvo la estafa hasta que se dieron las primeras detenciones.

Después de casi tres años en prisión, Konstantin Ignatov recuperó su libertad bajo la figura de “tiempo cumplido”. La justicia estadounidense tomó en cuenta su cooperación en el juicio contra otros involucrados, como el abogado Mark Scott, quien fue condenado a diez años por lavado de dinero. Ignatov también tuvo que restituir más de 100 mil dólares y asumió responsabilidades, aunque su salida viene acompañada de dos años de supervisión. Su testimonio fue fundamental para desentrañar el entramado del fraude y descubrir a los verdaderos culpables de OneCoin.

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