Milei busca recuperar credibilidad tras derrota en provincia

La derrota por KO en las elecciones bonaerenses sacudió bien fuerte a La Libertad Avanza. Javier Milei, el mismo domingo, lanzó un llamado a revisar los errores desde el escenario en las afueras de La Plata. Sin embargo, desde el lunes, lo que llegó fue un desfile de anuncios que se sintieron más como un maquillaje que como una revisión profunda. Limpieza en la vereda, pero nada puertas adentro. Al final del día, los vetos a las leyes impulsadas por la oposición muestran que el rumbo que tomó el gobierno alejó a muchos bonaerenses y, en general, a gran parte del país, de su proyecto.

Milei no es un político convencional, y esa característica fue clave para llegar a la Casa Rosada. Ahora, parece que volvió a quemar los libros. La estrategia electoral en Buenos Aires no solo fue fallida; lo preocupante es que los errores ya habían sido anticipados desde adentro del gobierno. Karina Milei, presidente de La Libertad Avanza, fue la supuesta estratega, pero con claros límites. Se apoyó en figuras como Martín Menem y Eduardo “Lule” Menem para armar estrategias a nivel nacional, y en Sebastián Pareja para las cuestiones bonaerenses. Las falencias fueron evidentes, más allá de las derrotas. Hubo un regreso inesperado en el Congreso, con el enfado de gobernadores, antiguos aliados, que vieron complicadas sus posturas.

A pesar de los errores visibles, ese equipo fue confirmado. Pareja ofreció su renuncia, pero Milei se la rechazó. El mismo destino corrieron los Menem, incluyendo a su hermana, que ha estado en el ojo del huracán por el escándalo de ANDIS. Milei se molestó con los ataques de la tropa digital de Santiago Caputo, liderada por el Gordo Dan, justo antes de las elecciones. No le gustó que además se arremetieran contra Guillermo Francos, que es uno de los más conciliadores dentro del oficialismo.

“Se vienen definiciones”, explicaba un conocedor de las dinámicas del gobierno. Y aunque todo parece en redefinición, la lógica de hacer caer a Caputo, por haber señalado los errores cometidos, no sucedió. En lugar de eso, Milei prefirió aferrarse a la lealtad familiar de Karina.

Mesas y guiños fallidos

Una frase que se ha vuelto popular reza: “Si querés que algo no funcione, creá una comisión”, y en este caso, se podría cambiar “comisión” por “mesa”. La “mesa” política de La Libertad Avanza repite nombres y esquemas que estaban en uso antes del 7-S. El cambio de Lisandro Catalán de vicejefe de Gabinete de Interior a Ministro de Interior no implica una modificación real en funciones. “Si no es ministro, hay gobernadores que no lo atienden”, comentaba un funcionario provincial.

Cualquier guiño que podría haber surgido para acercarse a los gobernadores se perdió en un instante con el veto a la ley sobre el reparto de ATN. El llamado al diálogo ni fue tomado en serio en las provincias. Y aunque ahora, tal vez sí haya sido de corazón, eso vale menos luego de lo ocurrido en Buenos Aires. De cara al 26 de octubre, solo los mandatarios que se vieron obligados a cerrar alianzas para competir fueron a la Casa Rosada: los radicales Alfredo Cornejo de Mendoza, Leandro Zdero de Chaco y el entrerriano Rogelio Frigerio del PRO.

Catalán también se reunió con dos peronistas que en su momento tendieron puentes con Milei, como Osvaldo Jaldo de Tucumán y Gustavo Sáenz de Salta.

Los gobernadores, por su parte, se mueven en dos direcciones. La electoralista, que entusiasma sobre todo a quienes apuestan por la tercera vía, como Provincias Unidas y otros provincialismos, busca que el PJ desgaste a Milei. El objetivo es que, en medio del enfrentamiento, no logre recuperar el apoyo social. Pero a su vez, también hay preocupación de que si la caída de La Libertad Avanza continúa, el voto opositor termine yendo a otra opción más fuerte.

La otra dirección es a largo plazo, apoyándose en la aparición de líderes más productivistas. La necesidad de llevar adelante planes integrales en logística y obras estratégicas congrega a gobernadores de distintas fuerzas políticas. Estos jefes provinciales han comprendido que pueden trabajar juntos, como se hizo con el proyecto de ATN y la distribución del impuesto a los combustibles. Ambas medidas contaron con el apoyo de 24 firmas. Ya están trabajando en programas que vayan más allá de las coyunturas políticas.

Todo sigue igual ¿de bien?

La crítica al gobierno no proviene solo de los gobernadores. Otros exaliados también comienzan a distanciarse en el Congreso, y eso se traduce en derrotas más abultadas para el oficialismo. El mercado tampoco convalida la creatividad en las planillas de cálculo; el riesgo país sigue en aumento desde antes de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. La caída de bonos y acciones se intensificó en agosto, así como el salto del dólar hacia la banda superior y el aumento en las tasas para pagar Letras. Todo esto precede a la derrota.

La victoria del peronismo, tal vez, aporta una dosis extra: desde el sector privado se percibe que la debilidad política del gobierno no sostiene su proyecto. Aunque Milei crea que economía y política son dos cosas separadas, habitualmente se entrelazan. Por eso, en el peronismo celebraron que Milei no haya efectuado cambios. Se dio cuenta de que la contienda en Buenos Aires funcionaba como una PASO a nivel nacional. En Fuerza Patria recuerdan que una reacción rápida luego de las derrotas en primarias, como fue el caso de Mauricio Macri en 2019, logra revertir situaciones en las generales.

“Si Milei hubiera anunciado en domingo el fin del sistema de bandas y que el gobierno no intervendría en el mercado cambiario, seguramente empezaría a remontar… pero por suerte creen que economía y política no están conectadas”, reflexionó uno de los estrategas de Fuerza Patria.

El voto útil antiperonista influirá en octubre, y esperan que la diferencia se acorte en el principal distrito del país.

La forma, pero no el fondo

La obstinación del gobierno también se ve en su uso del “motosierra”. Milei vetó todas las leyes que ya había rechazado, sin ofrecer compensaciones a los afectados. La situación con el ATN tiene razones más políticas que fiscales. Además, el financiamiento a universidades y hospitales como el Garrahan son ejemplos claros de que Milei no está dispuesto a retirar sus reclamos.

Esto provoca paros y manifestaciones que podrían evitarse. El malestar en la calle se intensifica de cara a octubre. Este miércoles, habrá sesiones explosivas en Diputados, donde se discutirán nuevos vetos y se elevarán pedidos de informes a Karina por la causa ANDIS, mientras continuarán las movilizaciones.

La única señal de cambio en esta semana complicada en lo político y en los mercados fue la decisión del Palacio de Hacienda de reducir las tasas. Estas, que estaban por las nubes, han bajado a un nivel más manejable. Un intento tal vez tardío para reactivar la actividad a dos meses de las elecciones. La situación es preocupante: las cadenas de pago están al borde de cortarse, las fábricas están en crisis, y el consumo se ha congelado. Y el descontento se siente en todos los frentes, lo que condujo al triunfo de Fuerza Patria, incluso en zonas dominadas por el agro.

La autocrítica del gobierno ha sido mínima. Se habla de la “nacionalización” de la campaña, de cómo el aparato peronista se moviliza mucho más que el de LLA, y de la fiscalización. Se recuerda que en el caso de los audios de Spagnuolo, el gobierno se enfocaba más en los tiempos de publicación que en los hechos en sí. Esa autocrítica de La Libertad Avanza parece tener poca empatía con quienes se ven afectados por el uso de la motosierra y no hay voluntad de encontrar una conexión entre la realidad y el relato que intenta construir.

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