Mastellone enfrenta caída en consumo y pérdidas de $28.431 millones

Después de cerrar el primer semestre con una pérdida de $869 millones, Mastellone Hermanos, conocida por su marca La Serenísima, intensificó sus números negativos. En los nueve meses finalizados el 30 de septiembre, la empresa acumuló una pérdida neta de $28.431 millones. Según el balance que presentaron ante la CNV, esta caída se debe principalmente a “el efecto neto de la devaluación del peso sobre la valuación de nuestros activos y pasivos en moneda extranjera”.

Con un consumo interno deprimido y una volatilidad cambiaria significativa, la láctea informó que lograron sostener un resultado operativo positivo, generando una ganancia de $4.126 millones. Esto es un cambio favorable, sobre todo después de haber enfrentado pérdidas operativas en periodos anteriores. Este desempeño se atribuye a una mayor eficiencia productiva y un aumento en el acopio de leche, lo que se tradujo en un incremento del 2,4% en el volumen total de ventas en comparación al mismo periodo del año pasado.

El mercado interno no repunta

Según la información presentada, las ventas locales apenas crecieron un 0,9% interanual, lo que refleja la menor demanda del mercado interno, especialmente en términos de consumo. Por otro lado, los negocios vinculados al comercio exterior mostraron un crecimiento, representando el 21,5% del total de facturación, frente al 18,2% del año pasado. Este cambio se debe a “precios FOB más altos y un tipo de cambio más competitivo, que se vio afectado por una devaluación del 33,7%, mientras la inflación fue del 22% en el mismo periodo.

La empresa también resaltó que el tercer trimestre sufrió una importante volatilidad financiera. Mencionaron que la expansión monetaria por el rescate de las ‘LEFI’ del Banco Central, la presión sobre el tipo de cambio, el aumento de las tasas de interés y la incertidumbre política típicas de años electorales hicieron una pausa en la recuperación económica, que aunque lenta, era sostenida.

A pesar de estos desafíos, el flujo de efectivo operativo alcanzó los $60.458 millones, aunque esto es menor que los $84.723 millones del mismo período del año anterior. El flujo total de efectivo cerró en positivo, con un incremento de $9.209 millones, gracias a una menor utilización de inversiones y financiamiento. Los activos totales de la compañía sumaron $935.184 millones, con pasivos de $596.356 millones y un ratio de liquidez de 1,06, más ajustado que el 1,70 que habían registrado en 2024.

Caída del patrimonio y foco en el exterior

El patrimonio atribuible a los accionistas se redujo a $338.819 millones, desde $471.302 millones del año anterior, debido al resultado negativo del ejercicio. El índice de solvencia se ubicó en 0,57, que aún es considerado prudente dentro del sector.

En términos de volumen, Mastellone comercializó 1.059 millones de litros de leche, un incremento del 12,6% en comparación con el mismo periodo del año pasado, de los cuales 333 millones de litros fueron destinados a exportación. Esto contrasta con años anteriores, donde en 2023 habían reportado una pérdida integral de $13.189 millones, pero en 2024 lograron revertir esa tendencia con ganancias extraordinarias provenientes de diferencias de cambio.

Cabe destacar que la empresa procesa alrededor de 3,65 millones de litros de leche por día, incluyendo los volúmenes de su joint venture con Danone. Declararon que están comprometidos con el desarrollo de la cadena primaria y para el próximo año, planean “crecer en volumen, llegando a más consumidores con una mayor oferta de productos de calidad para el mercado interno, pero con un enfoque especial en el comercio exterior”.

En cuanto a su situación financiera, el pasivo de corto plazo incluye la Obligación Negociable Clase G por u$s110,9 millones, que vence en junio de 2026. La compañía considera que “existe una probabilidad razonable de refinanciación o cancelación de dicha deuda a su vencimiento”, apoyada en el acceso a líneas bancarias y la posibilidad de acudir al mercado de capitales.

Para el próximo año, se espera que “las variables económicas y financieras continúen su estabilización, mejorando el clima de negocios y restaurando una senda de crecimiento sostenido”. Con este panorama, Mastellone prevé que la producción primaria de leche seguirá en alza en 2026, impulsada por “una mejora climática, mayor inversión en tecnología, bienestar animal, sanidad y cuidado del medio ambiente”.

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