La Unión Europea permitirá ventas de autos a combustión tras 2035
La Comisión Europea ha decidido dar un giro inesperado en su política ambiental. A partir de 2035, se permitirá la venta de autos con motores a combustión. Esta medida surge bajo la presión de fabricantes alemanes e italianos, y busca proteger la industria automotriz europea frente a la creciente competencia de los vehículos eléctricos chinos.
El nuevo reglamento establece que los fabricantes podrán seguir vendiendo vehículos híbridos enchufables y de autonomía extendida, siempre y cuando compensen sus emisiones de CO2. Además, extiende el plazo para reducir las emisiones en un 55% hasta 2032, en lugar de 2030 como se había planteado antes.
En este contexto, la prohibición total de los motores a combustión fue cuestionada. Alemania e Italia, dos potencias del sector automotriz, argumentaban que electrificar completamente sus flotas en un tiempo tan corto era poco viable. La industria advertía sobre el riesgo de perder competitividad frente a los fabricantes chinos, que ofrecen vehículos eléctricos a precios mucho más accesibles.
La Comisión Europea revisó sus metas, suavizando la exigencia de cero emisiones a una reducción del 90% respecto a 2021. Los fabricantes deberán compensar el 10% restante utilizando acero de baja huella de carbono y combustibles sintéticos. Esta flexibilización permite que tecnologías como los híbridos enchufables sigan en el mercado, combinando motores eléctricos y de combustión.
La competencia china ha sido un factor clave en esta decisión. Empresas como BYD están ganando terreno en el mercado europeo con vehículos eléctricos a precios más bajos, lo que amenaza a marcas tradicionales. La industria automotriz alemana, liderada por Volkswagen, apoya este cambio, ya que una transición abrupta a los eléctricos podría resultar en pérdidas de empleo.
Además, la propuesta incluye medidas que buscan proteger a los fabricantes europeos, como la obligación de usar componentes producidos dentro de la Unión Europea. Esto no solo fortaleció la cadena de suministro local, sino que también les ayudó a evitar aranceles que se aplican en Estados Unidos.
Los grandes ganadores de este cambio son sin duda las industrias alemanas e italianas, incluyendo a marcas como Mercedes Benz, BMW, el grupo VAG o Stellantis. Al haber suspendido la prohibición total de los motores a combustión, se les da un respiro. También se benefician los fabricantes chinos y Tesla, que tendrán más tiempo para competir en Europa con tecnologías alternativas.
Aunque la Comisión Europea logró un equilibrio entre las demandas industriales y los objetivos climáticos, todavía enfrenta críticas de grupos ecologistas. Muchos consideran que esta medida representa un retroceso en la lucha contra el cambio climático. Según el director ejecutivo de Greenpeace Alemania, esta política es una “mala noticia para el empleo, la calidad del aire y el clima”.
En cuanto a la adopción de vehículos eléctricos en Europa, hay diferencias significativas entre los países. Por ejemplo, Noruega lidera las ventas con un 94% de cuota de mercado, mientras que tanto Alemania como Francia apenas alcanzan un 18%. La flexibilización de las normas podría afectar el ritmo de la transición hacia los eléctricos, aunque la Unión Europea sigue ofreciendo incentivos para los vehículos más asequibles.
Un claro ejemplo de los desafíos que enfrenta la industria es el nuevo Renault Twingo E-Tech 100% eléctrico. Este modelo, aunque innovador, se presenta como un auto pequeño y costoso, que muchos no podrán permitirse. En comparación, el BYD Dolphin Mini, un modelo chino equivalente, tiene un precio que ronda la mitad.
En el panorama global, el Reino Unido decidió avanzar más rápido en la adopción de vehículos eléctricos, por lo que quedó fuera de esta prórroga de la UE. Sin embargo, su industria aún depende del mercado europeo, y deberá adaptarse a los cambios que se están realizando. Mientras tanto, los Estados Unidos mantienen políticas ecológicas similares a las de la Unión Europea.
En la región del Mercosur, el escenario es complicado. Los altos costos para producir vehículos híbridos eficientes como los que exige la UE son un obstáculo mayor. Aunque algunos modelos como los de Toyota empiezan a producirse, todavía hay un camino largo por recorrer para que medidas como las europeas tengan impacto en la región, que se verán mucho más allá de 2035.