la serie welcome to derry y su impacto en el universo de king
En un mundo donde la propiedad intelectual parece no tener fin y cada gran éxito de taquilla se descompone en precuelas, secuelas y remakes, es normal que el público se vuelva un poco escéptico. Pero, sorprendiendo a todos, HBO Max logró lo que muchos creían imposible con It: ampliaron una de las historias más queridas del terror moderno, sin perder su esencia.
Con el cierre de la primera temporada de “It: Welcome to Derry”, la serie no solo ha triunfado en audiencias, sino que se ha consolidado como un modelo de cómo adaptar a Stephen King. Sin perder el respeto al material original, crearon algo nuevo y atrapante.
Los arquitectos del miedo: El factor Muschietti
Para entender el éxito de la serie, es bueno mirar hacia atrás. En 2017, el director argentino Andy Muschietti y su hermana, la productora Bárbara Muschietti, revolucionaron el género con It. Aquella película se convirtió en un fenómeno cultural al comprender que el miedo a Pennywise iba más allá de los sustos, tocando la pérdida de la inocencia. Sin embargo, la conclusión, It: Capítulo Dos en 2019, dejó una sensación agridulce. Aunque recaudó muy bien, muchos críticos y fans “puristas” de King sintieron que no alcanzó la altura de la primera parte.
Welcome to Derry funciona como una especie de redención creativa. Con el sello de los Muschietti y la dirección de Jason Fuchs, la serie extendió su narrativa a más de nueve horas, permitiendo que la atmósfera opresiva se cocinara a fuego lento. Han logrado crear un Derry que se siente como un personaje maligno, tal como lo describe King en sus páginas.
Un universo en expansión: familiar pero aterradoramente original
El mayor desafío de una precuela es que la audiencia generalmente ya sabe “cómo termina la historia”. Pero Welcome to Derry enfrenta este obstáculo centrándose en el origen de la maldición, en lugar de su desenlace.
Ambientada en 1962, la serie encuentra un equilibrio delicado. Se siente familiar gracias a los elementos visuales de las películas, como los globos rojos y la lluvia constante, pero ofrece un enfoque realmente fresco. En lugar de seguir al “Club de los Perdedores”, ahora la historia se centra en la familia Hanlon y una nueva generación de adultos y niños que enfrentan sus propios demonios en el contexto de la Guerra Fría y la segregación racial.
Una de las joyas del equipo creativo es la integración del “Multiverso King”. La inclusión de personajes como un joven Dick Hallorann —el cocinero con habilidades psíquicas que luego aparecería en El Resplandor— no se siente como un truco barato. Más bien, aporta a una mitología mayor, mostrando cómo las fuerzas del mal y del bien han estado en conflicto a lo largo de los años.
El modelo semanal: el triunfo de la conversación sobre el algoritmo
Desde la perspectiva de la industria, Welcome to Derry ha demostrado que el enfoque de HBO de lanzar un episodio a la vez puede ser más efectivo que el binge-watching tan popular de Netflix. Mientras que otras series son consumidas y olvidadas en un fin de semana, la serie de Pennywise ha sido un tema candente en redes sociales durante meses.
El horror necesita tiempo para asimilarse. La estrategia de un episodio por semana permitió a la audiencia procesar el trauma de los personajes, teorizar sobre las referencias ocultas y, lo más importante, anticipar el miedo. Cada domingo se convirtió en un ritual compartido, devolviendo a la televisión ese toque de evento que parecía haber desaparecido. La serie se mantuvo entre los temas más comentados, demostrando que una narrativa de calidad, presentada de forma dosificada, genera un compromiso más profundo.
En las entrañas de la bestia
ALERTA DE SPOILERS: A continuación, se discuten detalles cruciales de la primera temporada.
La narrativa de la serie ha sido audaz al abordar dos aspectos que los fans esperaban, con un toque de temor: el origen humano del monstruo y la famosa tragedia del club nocturno.
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La caída del Blackspot: En el episodio titulado “The Black Spot”, se aborda la quema del club afroamericano The Blackspot por un grupo supremacista. La serie no esquiva la brutalidad de este evento, entrelazando el horror real del racismo con el terror sobrenatural de It. Ver a Pennywise alimentándose no solo de carne, sino también del odio y el caos humano, es una poderosa declaración sobre los monstruos que habitan a plena luz del día.
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El origen de Bob Gray: Bill Skarsgård vuelve a interpretar su papel, pero en esta temporada se revela más sobre la figura de Bob Gray. La serie explora su trágica historia y cómo su esencia es devorada por la entidad cósmica. Pennywise no es solo un monstruo, sino un conglomerado de los traumas de Derry. La elección de la forma de payaso resalta una astucia impactante, ideal para atraer a los niños y cazar con éxito.
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Marge es la madre de Richie Tozier: Una de las teorías más comentadas entre los fans se confirma cuando Marge Truman se convierte en Marge Tozier, la madre de Richie, miembro del “Club de los Perdedores”.
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El epílogo y la conexión con las películas de It: La última escena retrocede a 1988, mostrando a una anciana Ingrid Kersh, que escucha el llanto de una niña, que resulta ser Beverly Marsh, después de perder a su madre.
It y el renacer del horror: ¿más temporadas por venir?
It: Welcome to Derry ha logrado lo que parecía imposible: justificar su existencia más allá de lo comercial. Al expandir la mitología de It, Andy y Bárbara Muschietti han creado una obra sólida que explora temas complejos como el trauma generacional y el racismo, todo dentro de una pesadilla visualmente impactante.
En cuanto a nuevas temporadas, HBO Max no ha dado una respuesta oficial, pero los Muschietti han mencionado que ya tienen planteadas tres temporadas que retrocederían 27 años en cada entrega. Es probable que pronto reciban luz verde de la compañía.
Para aquellos que sintieron que Capítulo Dos no estuvo a la altura, esta serie es la respuesta. Es una carta de amor a la oscuridad de Stephen King, recordándonos que, aunque pasen años, el mal nunca desaparece realmente. Solo se toma un tiempo, esperando el momento adecuado para volver a salir.