La Libertad Avanza se renueva tras la salida de Espert

El clima dentro de La Libertad Avanza ha cambiado de forma drástica. Hasta hace poco, Javier Milei se mostraba firme en su intención de respaldar a José Luis Espert, a pesar de las denuncias y rumores que lo rodeaban. Sin embargo, las circunstancias lo llevaron a tomar otro camino.

Según se supo, la defensa de Espert, preocupada por las consecuencias legales, le recomendó bajar el perfil y renunciar antes de que la situación se tornara más complicada. Aquellos cercanos al economista aseguran que esta decisión busca más cuidar su situación judicial que por convicción política.

Milei resistió hasta el último momento. Lo defendió públicamente y no quería dar la impresión de debilidad en un contexto donde el Gobierno ya enfrenta múltiples desafíos económicos y peleas internas. Pero la presión se volvió insostenible. Al final, el propio Presidente se dio cuenta de que insistir en mantenerlo era seguir alimentando un problema.

El domingo por la tarde se formalizó la renuncia de Espert y, casi al instante, comenzaron a coordinar los movimientos en la provincia de Buenos Aires. Tanto el asesor Santiago Caputo como Karina Milei se comunicaron con Diego Santilli. Este gesto fue más que una simple formalidad; marcó un intento de organizarse tras una interna que había sido muy intensa. En el entorno de Milei, interpretaron esto como una clara señal de que el grupo había decidido cortar con la incertidumbre y relanzar la campaña con un candidato que pueda mantener el ritmo electoral.

Espert se baja: ¿cómo sigue la campaña para el oficialismo?

Detrás de este cambio hay una tensión más profunda. Al sustituir a Espert por Santilli, el oficialismo busca un perfil con experiencia territorial y menor exposición mediática. Este giro de estrategia indica que están tomando distancia del estilo confrontativo que caracterizaba a Milei, y más bien optan por una solución que parece una necesidad, más que una traición.

Mientras tanto, en el Gobierno ya han creado un grupo de WhatsApp llamado “La Santilleta”, donde se agrupan referentes de la mesa bonaerense para coordinar la campaña.

El Presidente, que intenta mostrarse firme ante aliados y opositores, comprendió que mantener a un candidato envuelto en sospechas podía perjudicar su discurso de cambio. Así, Espert se volvió un costo político que había que reducir. Desde el oficialismo lo mencionan de manera reservada, como si el sacrificio fuera el camino inevitable.

Por su parte, Santilli está ocupando el espacio que dejó Espert con una velocidad sorprendente. Conocedor del terreno bonaerense, busca dar un tono a la campaña que sea menos agresivo y más enfocado en la gestión. En Balcarce 50 lo ven como un activo, capaz de conectar con un electorado que no necesariamente se siente alineado con la retórica libertaria pura, pero que acompaña por cansancio.

Esta reconfiguración no ha estado exenta de resistencias. Dentro de La Libertad Avanza, hay sectores que sienten que esa decisión se tomó entre un grupo cerrado y que, bajo el pretexto judicial, hay una maniobra para acercarse al PRO. Milei ha negado estas acusaciones, aunque algunas acciones desmienten sus palabras: el nuevo entorno bonaerense parece cada vez más inclinado hacia las viejas estructuras partidarias.

Aun así, la situación generó cierto alivio. En la Casa Rosada admiten que “se respira otro aire”, disfrutando de una pausa después de semanas de tensiones. Pero este respiro no garantiza estabilidad. Lo que se ha ganado en tranquilidad puede perderse si el nuevo esquema no produce resultados rápidos.

Lo que se viene será una prueba para todos: para Santilli, que deberá demostrar que puede integrarse en un espacio que no lo ve del todo como propio; para Milei, que necesita exhibir control, y para La Libertad Avanza, que finalmente se medirá en las urnas con un candidato que es parte de un nuevo tipo de coalición.

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