La inteligencia artificial en el cine: aliados o enemigos
La creatividad siempre ha sido un atributo profundamente humano, y así lo reafirmó hace unos meses SAG-AFTRA, el sindicato de actores en Estados Unidos. Ellos hicieron una declaración bastante clara tras la aparición de Tilly Norwood, una actriz generada por inteligencia artificial. Según ellos, el público no busca contenido creado por computadoras, desligado de la experiencia humana. Este rechazo hacia la IA no es algo reciente; ya había surgido mucho antes con otros debates similares.
Gracias a la huelga que paralizó Hollywood en 2023, se lograron algunas regulaciones en torno a la inteligencia artificial. Por ejemplo, no se puede considerar a la IA como un “escritor”. Si un estudio desea utilizar la imagen digital de un actor generada por IA, debe obtener el consentimiento previo de ese actor y explicar por qué. Sin embargo, la tecnología avanza a pasos agigantados. Hoy, prácticamente cualquier persona con un celular y un conocimiento básico puede crear contenido de calidad casi cinematográfica, lo que causa inquietud en la industria de Hollywood.
La IA en la industria audiovisual nacional
En Argentina, la inteligencia artificial ha encontrado su lugar, especialmente en la publicidad, donde se ha convertido en una gran aliada para reducir costos. Es curioso, pero antes de proyectar una película, es común ver un anuncio generado por IA. Es como si la sala de cine pasara de ver la obra de un ser humano al trabajo de un robot en segundos. Sin embargo, la IA también comienza a sonar fuerte en el mundo del cine.
Durante el Festival Internacional de Cine de la UBA, se presentó “El día que me quieras: el viaje de Gardel”, el primer corto realizado con IA por la universidad nacional, que además ganó el premio a la “Mejor Animación” en Japón. Este cortometraje ha generado controversia, ya que muchos se preguntan si los algoritmos realmente pueden reemplazar los procesos artísticos tradicionales.
En conversación con nosotros, Matías Mera, director del corto, afirmó: “No reemplazamos a los humanos. Aquí todos son profesionales del cine”. En animación, el uso de la IA es más común de lo que parece. Incluso hay búsqueda de artistas especializados en esta tecnología. Andrés Arduin, animador 2D, comenta que su empresa fomenta la capacitación en IA, aunque el software que usa está en contra del uso de esta tecnología.
Los animadores reconocen que, tras la llegada de la IA, el trabajo ha disminuido. Sin embargo, también la utilizan como una herramienta para inspirarse o simplemente como una mano extra. Sebastián Cáceres, otro animador, reflexiona sobre el uso de la IA y su propio proceso creativo, cuestionándose cuánto de su arte está dispuesto a ceder a la computadora.
A pesar de las preocupaciones, muchos creen que la IA puede democratizar el arte. Permite a quienes nunca han tenido la oportunidad de contar sus historias, hacerlo ahora. “El cine es una disciplina de élite”, afirma Mera.
La IA desconoce de límites
La inteligencia artificial está rompiendo moldes. Con ella, cualquiera puede actuar o animar, incluso algoritmos que crean personajes que se presentan como actores. Pero, ¿dónde están los límites? Las regulaciones que se lograron en 2023 parecen insuficientes. La IA evoluciona constantemente, difuminando las fronteras entre lo humano y lo artificial.
Cáceres también plantea que la inteligencia artificial ha acelerado procesos en la producción, donde las grandes productoras buscan hacer películas rápidamente y generar dinero. Pero hay una realidad: la intervención humana es insustituible, incluso en proyectos como el de la UBA, que necesitó el toque de profesionales.
Surgen preguntas sobre si realmente un conjunto de algoritmos puede transmitir emociones o interpretar roles de manera efectiva. El espectador, ¿se dejará llevar por una historia creada por IA o se distractará pensando en su proceso de creación?
La llegada de la IA en el cine ha generado incertidumbre y expectativa. Algunos la adoptan, otros la rechazan. Es evidente que las jerarquías dentro del séptimo arte se están modificando. Aunque el debate persista, lo importante es que el arte sigue siendo un espacio para todos.