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La historia detrás de El Padrino, la gran película de Coppola

Por décadas, El Padrino (1972) ha sido considerada una de las mejores películas de todos los tiempos. La historia de la familia Corleone, basada en la novela de Mario Puzo, consagró a Francis Ford Coppola en lo más alto del cine y consolidó a Marlon Brando y Al Pacino como leyendas de Hollywood. Sin embargo, la producción enfrentó obstáculos y decisiones arriesgadas que casi la llevan al fracaso. Esta es la historia jamás contada detrás de una de las obras maestras del séptimo arte.

Coppola durante el rodaje de “El Padrino”. 

El joven Coppola

En 1970, Paramount Pictures adquirió los derechos de la novela de Mario Puzo, pero tenía en mente un film de bajo presupuesto. La productora buscó un director joven y económico, eligiendo a Coppola, quien en ese momento no era un nombre conocido en Hollywood. Sin embargo, el director tenía una visión diferente: quería crear una película épica, con una estética oscura y una narrativa que fuera más allá de un simple relato de gánsteres.

Los estudios desconfiaban de sus decisiones. Coppola insistió en filmar en Nueva York para respetar la ambientación del libro, a pesar de que Paramount prefería Kansas City para reducir costos. Además, deseaba un tono operístico y una duración extensa, en contraste con la visión más comercial del estudio. Su constante lucha con los productores casi le cuesta el puesto en varias ocasiones.

Marlon Brando y Al Pacino

Uno de los mayores enfrentamientos entre Coppola y el estudio fue la elección de los actores. Paramount quería estrellas establecidas como Ernest Borgnine para interpretar a Vito Corleone, mientras que Coppola apostaba por Marlon Brando, quien en ese momento estaba en decadencia y era considerado problemático.

Brando tuvo que realizar una prueba de cámara en la que improvisó con algodones en la boca, creando la voz inconfundible del personaje. Aunque el estudio solo aceptó contratarlo con la condición de que trabajara por un salario bajo y sin causar problemas, Coppola defendió su elección con convicción. La prueba fue tan impactante que los ejecutivos de Paramount no pudieron más que aceptarlo.

Para el papel de Michael Corleone, Coppola eligió a Al Pacino, un actor casi desconocido en ese momento. Mientras Paramount prefería a actores más consolidados como Robert Redford, Pacino tuvo que hacerse su lugar tras varias pruebas de casting. Durante las primeras semanas de rodaje, la presión era extrema y Coppola tuvo que luchar para mantener a Pacino en el papel.

La mafia y sus amenazantes mensajes

Otro obstáculo importante fue la influencia de la mafia real en la producción. La Liga Italoamericana de Derechos Civiles, liderada por Joseph Colombo, protestó contra la película, argumentando que reforzaba estereotipos negativos sobre los italianos. La situación se tornó peligrosa, con múltiples amenazas anónimas recibidas por Coppola y los productores, y rumores de ataques físicos si no se modificaba la representación de la mafia en el guion.

Para calmar las tensiones, los productores se reunieron con representantes de la comunidad italoamericana y eliminaron la palabra mafia del guion. Sin embargo, la presión aumentó cuando Colombo fue baleado en un atentado en 1971, lo que muchos especulan que estuvo relacionado con la producción de la película. A pesar de los riesgos, Coppola y su equipo continuaron con la filmación, tomando extremas medidas de precaución.

Una producción plagada de problemas

Coppola fue constantemente amenazado con ser despedido debido a su estilo perfeccionista. Hubo conflictos con el director de fotografía, Gordon Willis, y con el elenco, que llevaron a tensiones significativas. Pese a todos estos problemas, la película se completó y se estrenó el 15 de marzo de 1972, logrando un éxito rotundo y recaudando más de 245 millones de dólares en taquilla, además de ganar tres premios Óscar, incluyendo Mejor Película.

Un legado inoxidable

Hoy, El Padrino sigue siendo un referente del cine y una obra maestra. La perseverancia de Coppola, las actuaciones memorables y la meticulosa construcción de la historia han permitido que la película trascienda el tiempo. Su impacto en la cultura popular es innegable, con frases icónicas como Le haré una oferta imposible de rechazar que han sido inmortalizadas en el lenguaje cotidiano.

La representación del poder, la lealtad y la familia en el film ha sido objeto de estudios y debates sobre su significado en la sociedad moderna. Además, su legado se extiende más allá del cine, influyendo en la música, la moda y la literatura. El Padrino no solo ganó el Óscar a Mejor Película, sino que también se convirtió en el inicio de una trilogía que marcó la historia del cine, aunque sus secuelas no lograron replicar el impacto del original, considerado uno de los mejores films de todos los tiempos.

Rafael Cockell

Administrador, con posgrado en Marketing Digital. Aproximadamente 4 años de experiencia en redacción de contenidos para la web.

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