La historia de la supermodelo que vive en la calle hoy
Loni Willison fue una figura reconocida en el mundo del fitness y la moda a principios de los 2000. Con su figura atlética y estilo californiano, conquistó portadas de revistas y se volvió famosa. Aun cuando trabajaba como asistente de cirujano plástico, su vida parecía estar en el camino correcto. Pero el brillo de esa época se desvaneció rápidamente, llevándola a vivir en la calle de Los Ángeles.
Su historia se complica aún más con su matrimonio. En 2012, Loni se casó con Jeremy Jackson, conocido por su papel en “Baywatch”. Juntos, eran la pareja perfecta, apareciendo en eventos glamorosos de Hollywood. Sin embargo, detrás de esa imagen deslumbrante había problemas, entre ellos violencia y conflictos emocionales que cambiaron por completo el rumbo de su vida.
Un punto crítico fue en 2014, cuando Loni denunció a Jeremy por violencia de género, revelando que la había golpeado, dejándola con costillas rotas. Aunque no llevó el caso a la justicia por miedo, su separación pronto fue inevitable. Esa situación marcó el inicio de su caída, ya que perdió su trabajo en una clínica estética y las ofertas como modelo se esfumaron.
La inestabilidad emocional la llevó a una trampa: la adicción. Loni llegó a confesar que la metanfetamina fue lo único que la mantuvo “en movimiento”. Desde ese momento, su vida se convirtió en un ciclo de consumo, calle y aislamiento. Ahora, vive en las calles, empujando un carrito con sus pertenencias. En varias entrevistas, compartió que no se siente segura en ningún otro lugar y se “ensucia a propósito” para evitar ser atacada.
A pesar de las múltiples oportunidades de ayuda, Loni se rehúsa a aceptarlas. En 2018, un especialista le ofreció un tratamiento gratuito y ella lo rechazó, diciendo: “Solo quiero drogarme, nadie me escucha”. Una de sus amigas, la actriz Kristen Rossetti, trató de ayudarla pagando una noche en un hotel, pero Loni desapareció al día siguiente. Cada intento por acercarse a ella ha sido recibido con indiferencia.
En una charla en 2020, Loni expresó: “Tengo todo lo que necesito aquí. No quiero ver a mis amigos ni que me ayuden”. Su historia refleja una dura realidad, donde la lucha contra la adicción y el rechazo de ayuda marcan su día a día.