La historia de Frank Bourassa y su sorprendente vida
Hay varias maneras de hacerse con millones de dólares. Algunos eligen invertir, otros emprender o, quizás, esperar una herencia. Pero hay quienes optan por caminos más oscuros. A veces, estas tácticas ilegales pueden parecer una fuente de ingresos tentadora, aunque, evidentemente, traen sus consecuencias.
La historia de Frank Bourassa
Frank Bourassa es un nombre que no pasa desapercibido. Este hombre se convirtió en uno de los estafadores más sorprendentes del mundo gracias a su forma única de generar una fortuna. Pero lo realmente impresionante fue lo que sucedió cuando lo atraparon: terminó libre y, claro, dejó a todos boquiabiertos.
Una vida marcada por el delito
Bourassa dejó la escuela a los 15 años y, tras dejar la casa de sus padres, se adentró en el mundo del crimen. Empezó buscando maneras honestas de ganar dinero, pero al no tener suerte, se vio empujado a robar autos y a involucrarse en pequeños hurtos y tráfico de drogas. Sin embargo, su gran golpe aún estaba por llegar.
El inusual método de falsificación
Después de ser arrestado y pasar unos meses en prisión, Bourassa necesitaba ingresos sin tener que hacer un trabajo normal. Así que pensó en grande: decidió imprimir 250 millones de dólares. No es una tarea sencilla, especialmente porque las falsificaciones suelen ser fáciles de detectar. Pero él estaba decidido y encontró una receta casi infalible.
Invirtió 300 mil dólares en una imprenta que instaló en un garage. Allí, con la ayuda de un excompañero de prisión, construyó toda la infraestructura necesaria para elaborar su propio dinero. En Europa, Bourassa consiguió los materiales que necesitaba para que su moneda fuera casi indistinguible de la original: fibras de seguridad, aditivos químicos para los marcadores de falsificación y hasta una marca de agua personalizada.
El dinero que engañó a todos
Cuando comenzó a vender sus billetes falsos, cada uno valía solo treinta centavos. La calidad era tan alta que rápidamente empezó a ganar millones. Pero como suele pasar, la policía comenzó a investigar de dónde provenía este dinero que lograba engañar a los mejores casinos del planeta, y su operación fue finalmente descubierta.
Un final inesperado
En la mayoría de los casos, alguien en la situación de Bourassa habría enfrentado penas severas. Sin embargo, todo cambió cuando se encontró en Canadá. En lugar de una larga condena tras su extradición a los Estados Unidos, Bourassa logró un acuerdo insólito.
Las autoridades decidieron retirar de circulación 200 millones de dólares a cambio de su libertad. Así fue como este hombre pasó solo seis semanas en la cárcel, logró pagar una multa de 1.350 dólares y ahora dirige una consultora que asesora a gobiernos y empresas sobre cómo prevenir fraudes. Una historia que da qué pensar, sin duda.