La final de la Copa Libertadores generará 75 millones en Lima

Lima se alista para recibir uno de los eventos deportivos más esperados de América: la final de la Copa Libertadores 2025. El 29 de noviembre, el Estadio Monumental será el escenario donde se enfrentarán dos titanes del fútbol brasileño: Flamengo y Palmeiras.

Este encuentro no solo atraerá la atención del mundo, sino que también impulsará significativamente la economía y el turismo en la capital peruana, algo que ya se empieza a sentir entre los limeños. La llegada de miles de aficionados y el despliegue de actividades relacionadas con el evento promete mover unos 75 millones de dólares según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú (Mincetur). Este impacto económico destaca la importancia de eventos de esta magnitud para el país.

En comparación, cuando Lima organizó una final única de la Libertadores en 2019, el impacto fue de unos 62 millones de dólares, con la visita de más de 40.000 turistas internacionales. Fue un partido memorable en el que Flamengo dio vuelta el marcador ante River Plate para consagrarse campeón por segunda vez. También, si comparamos con la final de 2018, cuando River ganó a Boca en Madrid, el impacto económico allí fue de 29 millones de dólares, lo que muestra claramente el potencial que tiene Lima.

Para este año, las proyecciones indican que el movimiento económico en Lima será notablemente superior al de 2018, aunque similar al de 2024, cuando Botafogo se consagró campeón ante Atlético Mineiro, generando alrededor de 70 millones de dólares en Buenos Aires.

Demanda hotelera y transporte aéreo en máximos históricos

La expectativa por la final ha llevado a un aumento significativo en la demanda de hospedaje en Lima. Los hoteles están casi llenos para los días previos y posteriores al evento, y los precios de los vuelos directos desde São Paulo y Río de Janeiro han escalado entre 1.500 y 2.500 dólares ida y vuelta. Esto refleja el gran interés de los hinchas brasileños, que suelen viajar en grupo y quedarse unos días más para disfrutar del país.

En 2019, el 19% de los visitantes extranjeros planificó visitar otros lugares del Perú tras el partido. Para 2025, se espera que esta tendencia se repita o incluso aumente, beneficiando destinos turísticos como Cusco, Arequipa, Ica, Piura y la Amazonía. En estas regiones, los turistas gastarán en alojamiento, comida, tours y transporte, lo que generará un impacto positivo en la economía local.

El Mincetur estima que cada turista gastará alrededor de 1.000 dólares, un incremento respecto a los 794 dólares de 2019. La estadía promedio será de tres a cuatro noches, mayormente en hoteles de tres estrellas y en alquileres temporales a través de plataformas digitales. Además, se ha lanzado una campaña desde Brasil para fomentar estadías más largas y explorar otros destinos del país antes y después de la final.

Además, entre el 26 y el 28 de noviembre, la Fan Zone oficial ofrecerá a los hinchas brasileños y visitantes internacionales una experiencia única en cultura, música, gastronomía y creatividad peruana.

El atractivo deportivo: un duelo histórico entre dos grandes brasileños

Más allá del aspecto económico, el interés por el partido radica en la intensa rivalidad entre Flamengo y Palmeiras. Ambos tienen tres títulos de la Libertadores y el ganador se llevará el cuarto, convirtiéndose en el único equipo brasileño en lograr esa hazaña.

La expectativa internacional por este gran encuentro asegura una alta audiencia y un flujo de turistas, periodistas y equipos de prensa que hará vibrar a la ciudad. Este movimiento generará un impacto significativo en la gastronomía y el transporte urbano, con restaurantes, bares y comercios cercanos al Estadio Monumental beneficiándose del flujo de aficionados.

Además, se prevé un aumento en las compras de artesanías, souvenirs y productos locales que los turistas suelen llevarse como recuerdo. Si las proyecciones se cumplen, la final entre Flamengo y Palmeiras podría convertirse en uno de los eventos más lucrativos organizados en Perú, lo que será clave para revitalizar la economía en un año en el que el sector turístico sigue en proceso de recuperación.

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